Cerca de 100 localidades de las 8 provincias andaluzas los andalucistas del PA+ PSA repartirán folletos a las puertas de las oficinas del S.A.E.El viernes 26 de febrero, último día hábil del mes los andalucistas se movilizaran contra la gran lacra que azota Andalucía: el PARO. El millón de parados y paradas andaluces tienen otras prioridades antes que celebrar este 28 de Febrero.
De igual modo en la ciudad de Sevilla, a partir de las 8 de la tarde y hasta la madrugada, en la Puerta de Jerez, va a realizar una vigilia contra el Paro, encabezada por la Secretaria General andalucista Pilar González, y a la que invita a la ciudadanía en general a sumarse para demostrar a las administraciones públicas, a los bancos y los grandes empresarios que el pueblo andaluz no se rinde.
A.- QUIEN FUE EL P. LERCHUNDI
José Lerchundi, a quien en nuestro pueblo conocemos por P. Lerchundi, había nacido en el costero y pintoresco pueblo guipuzcoano de Orio, el 24 de febrero de 1.836.
Soplaban por entonces vientos de guerras carlistas. Sin embargo, Josechu, a sus quince años y mientras hacía sus estudios, ya le rondaban en su cabeza sueños misioneros. Después de su paso por el Santuario de Ntra. Sra. de Aránzazu, a los veinte años, ingresa en el Colegio Misionero de Priego (Cuenca), donde pide el hábito de la Orden franciscana, profesa y es ordenado sacerdote en el 1.859.
En enero de 1.862, sin cumplir aún los veintiséis años y con una salud quebradiza, entra el P. Lerchundi en Marruecos por Tánger. Sería en esta ciudad donde fallecería, el 8 de marzo de 1.896, a los sesenta años de edad y después de treinta y cuatro de trabajo misionero, ejercido con celo y prudencia, y de prestar grandes servicios a la Iglesia, a España y al Imperio Magrebí.
Sin duda fue el misionero más egregio que tuvo la Misión desde su restauración en 1.859, en la que ocupó los cargos de máxima responsabilidad. Erigió escuelas para europeos e indígenas, creó estudios de árabes para los misioneros, de los que salieron esclarecidos arabistas. Restableció las casas-misión de Larache, Safí, Rabat, Casablanca y Mazagán. El mismo estudió el árabe que dominaba a la perfección, del que publicó una Gramática y un Diccionario que le convirtieron en uno de los mejores arabistas españoles. A él se le debe también la fundación de la imprenta hispano-arábiga de la misión, la creación de una barriada de casas baratas, del Hospital Español, de la Escuela de Medicina, de la Cocina Económica, etc.