Carta al director de Victoria Blasco López.
Un millón de jóvenes ilusionados procedentes de 193 países de los cinco continentes y declarados en rebeldía contra la injusticia social, el desamor, la corrupción y la inmoralidad, se darán cita en Madrid convocados por un anciano Padre de familia de más de 6 mil millones de seres humanos. En esta gran cita familiar se hablará mucho de Amor, de familia como fundamento de la sociedad, del respeto a la vida, del orden en la sexualidad entre hombre y mujer, de orden social y, finalmente de la Verdad. En este encuentro nuestro Santo Padre invitará, una vez más, a experimentar lo hermoso que es pertenecer a una familia tan grande como el mundo que comprende cielo y tierra, pasado, presente y futuro, caminando junto a Cristo, que es la estrella que ilumina la historia. Y también en estos días, miles de jóvenes se preguntarán en qué mejorar con un espíritu absolutamente constructivo. Los gastos de este encuentro correrán a cargo de los peregrinos y de empresas privadas. El 80% del servicio de orden correrá a cargo de voluntarios y, como suele pasar en estos encuentros, no habrá ningún altercado ni vandalismo ni ningún hecho cruento destacable, sino únicamente, un millón de jóvenes ilusionados, sedientos de espiritualidad que se niegan a encerrar sus almas en ideologías pasajeras y dispuestos a compartir la Cruz de Cristo como muchos millones de jóvenes han hecho durante más de veinte siglos. Ante esto, ¿a alguien le sorprende que haya corpúsculos cuyo mensajes laicistas, destructivos, trasnochados y con escasa repercusión mediática quieran aprovecharse de este acontecimiento mundial sin parangón para recoger las migas de este despliegue de medios?. Pues a mí, no. Es la misma tabarra laicista de siempre.