Desde sus orígenes más remotos, la localidad de Aznalcóllar se ha visto vinculada a la explotación minera de sus tierras. Esta riqueza era ya conocida por los primeros habitantes de la zona durante la época neolítica y existen pruebas que demuestran que los fenicios ya extrajeron una sustancial producción de plata en el yacimiento de la villa, actividad que continuaron los tartesios, los cartagineses y los romanos. De esta última etapa se conservan importantes restos: parte de un acueducto, joyas, cerámica, figuras, elementos pétreos
Los árabes la llamaron Hanz-al-Kollar, que significa recinto amurallado, y durante su dominio se constituye, según algunos autores, en cabeza de distrito del Aljarafe, junto con Solúcar Albaida (Sanlúcar la Mayor), Aznalfarache (San Juan de Aznalfarache) y Aználcazar.
La localidad aparece citada por primera vez en los documentos del Repartimiento de Sevilla, dados por el rey Fernando III tras la conquista de Sevilla y sus tierras. Aznalcóllar es repoblada por vecinos de Sanlúcar, a cuya heredad pertenecía, de Castilla y de Extremadura, lo que no impide que en unos años el número de habitantes disminuya considerablemente, a causa de las epidemias y el hambre provocada por malas cosechas.
En el siglo XV, la villa se segrega de Sanlúcar, convirtiéndose en su pedanía, y desde 1627, Aznalcóllar pasa a ser señorío del conde duque de Olivares. Posteriormente, es traspasada al duque de Medina de Torres y, por último, a los príncipes de Astillano y condes de Altamira. Durante el XIX, aumenta la producción minera, que nunca se abandonará hasta nuestros días, mejorando las condiciones económicas de sus habitantes.
CÓMO LLEGAR -Situación: A 37 kilómetros de Sevilla por la C-431 y la N-630. -Extensión: 199 kilómetros2. -Habitantes: 5.857.
DÓNDE QUEDARSE -Hostal La Glorieta. Tel.: 954133031 -Casa de Hospedaje Luis. Tel.: 954135187
NO SE PIERDA -La capilla del Cementerio. -La iglesia parroquial de Nuestra Señora de Consolación.
1.Restos arqueológicos
Acueducto Esta obra del siglo II de nuestra era se emprendió durante la época del emperador Adriano. Pasaba por los lugares hoy conocidos como El Chaparral, Las Dueñas y Los Arquillos para llevar el agua hasta Itálica. Se conserva un fragmento del mismo en el término de Gerena, localidad que también atravesaba a lo largo de sus 36´5 kilómetros. Su fábrica, hoy prácticamente destruida, es una muestra perfecta del trabajo de sillería romano, realizado en técnica mixta de cantería y ladrillo.
Otros restos En el término de Aznalcóllar se han encontrado gran variedad de vestigios arqueológicos de diferentes culturas. De los romanos se conservan algunas joyas, como el interesante anillo de Deméter-Ceres, y piezas de cerámica sigillata, ladrillos, tejas, figuras humanas y míticas, miliarios Más escasos son los restos pertenecientes al periodo visigodo, que se reducen a relieves de capiteles de impostas (donde predominan las decoraciones geométricas, espirales, círculos, rosetas, figuras botánicas y zoomorfas), un capitel, un altar y un dintel de puerta en mármol. Los musulmanes nos han legado piezas tan interesantes como un anillo emiral de plata, un mango de espejo metálico, un dedal de oro, cucharas y sondas metálicas (instrumental médico), monedas de oro y plata, y diversos objetos cerámicos.
2.Arquitectura militar
-La fortificación Se conservan algunos restos de la muralla del castillo musulmán, visibles desde el cementerio de la villa. La población se autoprotegía, al parecer, mediante una simple muralla de mampuestos de pizarra, sin complicaciones constructivas (antemuros, barbacanas, etc.) Fue reparado y reformado en época cristiana, añadiéndose barbacanas, torres albarranas y corachas.
-Torreón de la Dehesilla Llamada también del Cortijo Negro, esta torre cristiana es una edificación de planta rectangular, construida con sillares. Poseía dos plantas en alzado, habiéndose perdido la superior. Su puerta, orientada hacia el norte, presenta un dintel de roca pulimentada, con rebaje rehundido para el gozne de la puerta. En la actualidad, se encuentra en grave estado de deterioro.
Edificios religiosos -Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Consolación Este templo, realizado en ladrillo, data del siglo XVIII, concretamente de 1782, según el proyecto de José Álvarez. Presenta planta de cruz latina inscrita en un rectángulo, con una nave central y capillas laterales entre contrafuertes. Tres portadas se abren en sus muros: dos laterales de sencilla factura y la de los pies, de carácter monumental, obra de Antonio Matías de Figueroa, con dos cuerpos, frontones movidos y hornacina con la imagen de la titular en la parte superior. En la esquina izquierda de esta fachada se erige la torre campanario, rematada por un chapitel poligonal decorado con azulejos bícromos. En el lado contrario se encuentra la segunda torre, inacabada y rematada con un plinto octogonal con tres esferas en la cúspide. El patrimonio de la parroquia fue rico, pero quedó diezmado tras sufrir varios incendios en distintas épocas. Así, el retablo mayor, que sustituye al primitivo, de Juan de Oviedo el Viejo, es obra moderna. Entre las piezas más interesantes destaca una imagen de la Inmaculada Concepción, policromada, perteneciente a la escuela sevillana del XVIII. Se halla en un retablo de madera de estilo neogótico. Otra escultura de gran interés es el Cristo del Perdón, obra anónima de la escuela sevillana del XVIII, restaurada en 1972. En los muros encontramos diversos lienzos dignos de mencionar, como los que representan a San Francisco o a San José con el Niño. En una de las capillas laterales se puede admirar la imagen de la patrona de la villa, la Virgen de Fuente Clara, talla moderna del maestro Rivera. Se trata de una figura sedente, que imita a la original, semejante a la Virgen de los Reyes de la catedral hispalense.
ESCAPARATE: Tesoros de la Consolación Pese a las pérdidas en el patrimonio de la parroquia producidas por diversos incendios, se conservan algunas interesantes piezas de orfebrería, la mayor parte de ellas, de donaciones de fieles. Sin duda, la más valiosa es la custodia, realizada a mediados de siglo por Fernando Marmolejo y recientemente restaurada por él mismo. Se trata de una hermosa obra de oro y plata muy labrada.
El milagro de la fuente La romería de la patrona, Nuestra Señora de Fuente Clara, se celebra en la primera quincena de septiembre en un cortijo llamado Garci Bravo. Éste era el nombre del lugarteniente de Fernando III, cuando las tropas cristianas se dirigían hacia Aznalcóllar. Cuenta la leyenda que a mitad del camino llegaron a una seca llanura; los extenuados y sedientos combatientes estaban a punto de desfallecer cuando uno de ellos, desesperado, exclamó: ¡Madre mía, una fuente clara! Al momento se les apareció, sentada en una nube con el Niño entre los brazos, la Virgen señalando hacia un lugar donde comenzó a brotar agua.
-Capilla del Cementerio Esta capilla formó parte de la antigua iglesia gótico-mudéjar de la localidad, probablemente del siglo XIV, hoy en día desaparecida. Se trató de un templo compuesto por tres naves, algo inusual entre las construcciones de los alarifes de la zona, que preferían la nave única. El material es ladrillo dispuesto a soga y tizón. Exteriormente, muestra saeteras enmarcadas por ventanas ciegas de herradura y lobuladas. Algunos autores consideran que se trata de una zawiya o ribat, es decir, un monasterio u oratorio musulmán ocupado por ermitaños o ascetas dedicados a prácticas devotas o místicas. De ser cierto, constituiría uno de los escasísimos restos de este tipo de construcción que quedan en Andalucía, si bien fueron muy comunes en Al-Andalus durante el siglo XI, en el que se impuso, con la llegada de los almorávides, el puritanismo religioso islámico en la península. Actualmente se encuentra en pésimo estado de conservación.
-Capilla de la Cruz de Arriba Situada en la parte alta del municipio, consta de una sola nave, con cubierta dividida en tres tramos: uno de cañón, otro con bóveda semiesférica y el tercero de arista. Exteriormente, presenta fachada de un solo cuerpo bajo, con puerta de tipo ojival simple y espadaña de diseño curvilíneo. El retablo mayor es moderno y alberga la imagen de la Virgen del Rosario, imagen de vestir apoyada sobre peana de plata del XIX, que fue restaurada por Castillo Lastrucci en 1937. En uno de los muros se encuentra el retablo dedicado a la Cruz, obra del escultor Rossi, fechada en 1897. En él aparece este símbolo cristiano ornamentado con cuatro rayos flameantes y fajas blancas con decoración de jarrones florales.
-Capilla de la Cruz de Abajo Este templo de planta rectangular, cubierto por dos bóvedas de cañón, entre las que se incrusta una de media naranja, muestra una portada en los pies con arco de medio punto. Sobre la misma se levanta la espadaña, obra que parece del siglo XX. En la cabecera se ubica la talla de Santa Elena, madre del emperador Constantino y a la que se atribuye el descubrimiento de la Vera-Cruz. La imagen, del XVIII, pero muy reformada, porta una cruz moldurada en oro fino. A la izquierda se sitúa el retablo de la Cruz, objeto de la veneración de los miembros de la Hermandad.
La Semana Santa Devoción hacia las Cruces. La Semana de Pasión comienza el Viernes Santo, con la salida procesional de la Hermandad del Cristo de la Vera-Cruz, Virgen de los Dolores y San Juan Evangelista, cerrándose el Sábado Santo con el Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad. Se reduce por tanto a dos días, ya que la mayor devoción de los aznalcolleros se dirige hacia las dos Cruces: la de Arriba y la de Abajo. Se trata de una tradición surgida a finales del XVIII y principios del XIX, y ambas celebran su romería, aproximadamente, cada cuatro o cinco años, cuando las hermandades reúnen el dinero necesario para la celebración. La Cruz de Abajo organiza su festejo en torno al 18 de agosto, mientras que la de Arriba lo hace a mediados de septiembre.