Mientras me entretengo en borrar una a una las gotitas de rocío sobre un vaso de cubata abandonado, recuerdo casi de forma cronológica las distintas secuencias del día de tu boda y hago memoria para que no se me olvide el millón de veces que te ví sonreir ayer, anoche, hace unas horas.. El relente de la mañana ha cubierto los restos de la fiesta con una capa helada y la apariencia espectral de mesas y sillas blancas me hacen pensar que todo ha sido un sueño más tarde, café en mano, me privilegiaré saboreando los restos de la tarta nupcial y a pesar de que mis griposas papilas gustativas no me dejan disfrutar del manjar como quisiera, el desayuno me espabila el resto de los sentidos y comienzo a pensar en este escaramujo... A tí, Juan, que tantos perfiles has escrito, que tantas veces has presentado, entrevistado o reportajeado a personajes y personajillos, a políticos, artistas, gente de la calle, y faranduleros de acá y de allá en tus 20 años de periodismo, quiero decirte que habría que juntar ciento un mil corazones para comenzar a copiar la capacidad de amor y lealtad del tuyo. El tributo de tu amistad es una cadena interminable de demostraciones prácticas de que, como dice la canción, eres sin duda el más cierto en las horas inciertas. Tu sentido de la integridad y el respeto por tí mismo no te han hecho vacilar en tu madurez sobre quien eres y dónde quieres o debes estar en cada momento, sobre cómo hay que decir lo que se piensa en el momento adecuado y sobre cómo se puede estar bien con todos, o casi todos, sin venderse a nadie bueno, a veces sí que te has vendido a un tal Mauro
Tu mente inquieta, tus sempiternas lecturas pendientes de libros o periódicos atrasados, tus constantes ganas de aprender son cosas que ya no se llevan, como la sensibilidad y la ternura, pero que en tí parecen más de actualidad que nunca, sabiendo conjugar como nadie ese alimento para el alma con los placeres terrenales de 'los terciaditos'. Tu olfato periodístico, tus consejos, tu experiencia me han enseñado a 'poner a macerar' declaraciones y titulares aunque no lo suficiente como para que no me sigas riñendo por los asuntos de la prensa, y también por otros atolladeros y preocupaciones que alivias en mi cabeza con más paciencia que el santo Job. Pero tu inefable sentido del humor me ha hecho reir tantas veces que hasta estoy aprendiendo a reírme de mí misma sin demasiados traumas y dejando las cosas sujetas al orden natural...
Tu te has hecho a tí mismo contando con tus propios recursos y sin olvidar nunca a aquellos que te han tendido su mano, y tampoco a los que no lo han hecho, pero nunca escuché de tu boca una palabra de rencor o resentimiento por nadie. Y tantas cosas que ya no caben en esta columna Amigo, ahora que te encuentras de luna de miel, quiero pedirte una sonrisa más cada día como las que vi dibujadas en tu cara ayer, mientras celebrábamos tu felicidad en el Reino Hitita y que los dioses os rindan tributo muchos años y run run chupeta!