Quisiera con esta carta denunciar el lamentable estado de abandono y suciedad en la que se encuentra la sevillana Plaza de los Zurradores. Situada en un enclave histórico de la ciudad, entre la Puerta de Carmona y San Bartolomé, dicha Plaza se encuentra hoy en una penosa situación dado que los servicios de limpieza han optado por desentenderse de su cometido en éste rincón entre la calle Tintes y Menéndez Pelayo.
La Plaza, que siempre respiró el azahar de sus naranjos y una profunda sevillanía, con sabor de barrio añejo de la urbe hispalense, se ve abocada a la desidia de los responsables municipales de limpieza (los contenedores colaboran decisivamente a afear el lugar). Bien es cierto, de igual modo, que algunos ciudadanos poco cívicos colaboran en gran medida paseando a sus mascotas por el lugar sin pararse a recoger sus excrementos.
Por todo ello, sería conveniente que los responsables de mantenimiento ejercieran su deber, no sólo en éste lugar, sino en otros puntos de la ciudad afectados por esta circunstancia y que todos pusiéramos nuestro granito de arena en cuidar los espacios públicos que son de todos, no sólo los de nuestra puerta para adentro.