CHIPIONA 7 DE JULIO
MARINA BERNAL, HIJA ADOPTIVA
Hay dos palabras que han marcado mi vida desde la infancia. Dos palabras que han sido una filosofía vital. Dos palabras que aprendí de mis padres, Alberto y Antoñita, y que creo que son las que he pronunciado con más frecuencia y sigo haciendo cada día.
La primera es : GRACIAS
Gracias Chipiona por tanto que me has dado y me sigues regalando. Gracias chipioneros por acogerme como una pupila vitalicia, gracias Corporación Municipal por contar conmigo y considerarme digna de este honor, gracias amigos y familia que hoy me acompañáis y que estáis viviendo este momento con la misma ilusión que yo.
La segunda palabra que me enseñaron es : ENTREGA.
Aprende a entregarte en todo lo que hagas en la vida, en lo personal y en lo profesional. En los grandes proyectos y sobre todo en las pequeñas cosas. En lo importante y en lo menos importante. Regálate en tus acciones, en tu día a día. Hazlo con una sonrisa, desde el cariño y la conciencia de lo que haces. Todo es importante y todas las personas tienen algo que enseñarte.
Así que hoy, 7 de Julio, día de Chipiona, sólo puedo deciros:
GRACIAS por este honor y estoy dispuesta a seguir entregándome sin condiciones y sin limitaciones. Seguiré ayudando y sumando desde mi profesión de periodista y mi condición personal, para hablar de esta tierra de la que me siento parte hace muchos años y en la que me siento tan querida.
Considero que no tiene ningún mérito hablar de las excelencias de un pueblo, mi pueblo, del que estoy enamorada. Contar y hablar de sus playas infinitas, de sus aguas curativas, de su mar que calma y cierra heridas, es algo que no supone ningún esfuerzo.
Chipiona es un pueblo muy especial, donde he aprendido y sigo aprendiendo a diario, lecciones de vida. Mis charlas con la gente del campo, la vendimia, los bodegueros. Conversaciones con mis amigos de la mar, pescadores, en el muelle, mi amigo Fuentes, con el que tantas veces embarqué para seguir a la Virgen del Carmen, y cuya familia sigue siendo amiga, mi amigo Kisko y nuestras conversaciones en el Puerto Deportivo, en Casa Ricardo
Hablo de Chipiona y lo hago también de muchos nombres propios. Mis amigos heladeros los Bornay, los González Sace, la heladería Manolín, Ángeles de la Ibense. Mujeres empresarias como Carmen de Retos, su hermana Rosi, su sobrina Vanesa, Lola. Mis amigas de Kokoro, emprendedoras y trabajadoras al máximo. Mi querida amiga Fátima, fallecida hace unos meses, a la que recordamos sentada en la puerta de su tienda de la Calle Isaac Peral. Mi amigo Bernardo Caro y su preciosa mirada del color del mar,Regla, siempre el pago de Regla. Rafaelito, el de Unicaja, Diego Miranda del Hotel Chipiona, Antonio y su familia en el Hotel Al Sur. El maravilloso archivo de Amalio, artífice del sello dedicado a Rocío Jurado, y la ternura con la que lo atienden sus hijas. Las cosas y consejos de Paulino, Luci y sus hijos a los que llamo cariñosamente “Los Paulinos”. El Memi, su familia y la figura imborrable de su padre, el Quino, mariscando en Los Corrales.
Diego, el de “El Cubanito”, que lleva 50 años junto a Regla, al frente de un negocio que le ha permitido educar y formar a dos hijas universitarias. La familia de “El Sardinero” , los caramelitos, Mercedes y Miguel, con sus hijos en el Avenida 28, mis amigas de Trebujena: las de “El Timón”, los de “Casa Laura”, “El Salaíto” o Rosi del “Bar Trebujena” en la Cruz del Mar, la familia del bar El Paraíso, El Chisme, el chiringuito Pepe y las puestas de Sol más hermosas, el Chiringuito el primo. Todo el sector de la hostelería, que conozco tan bien y frecuento. Las Canteras, Bar Paquito, Cantina Marinera o Prospín en Las Tres Piedras.
Los amigos de las Caras del Arte, un movimiento cultural liderado por Irene Vélez, los compañeros de la Radio Televisión municipal que dirige con mimo y vocación Cristóbal Ruiz. Felicidades compañeros por esos primero 40 años, un abrazo para Servando que se ha jubilado pero es imposible desvincularse de su pasión, y otro enorme para Juan Carlos Sáenz que ha pasado un año complicado.
Hablo de Chipiona y no puedo dejar de pensar en todos esos jóvenes chipioneros que en verano comienzan a trabajar en los negocios turísticos ahorrando para estudiar en invierno y seguir creciendo y pregonando orgullosos el nombre de Chipiona en cualquier parte del mundo, desde Finlandia, como Curro, a Barcelona , donde ha instalado un taller de joyería y diseño, Cristina Junquero, la nieta de Esmeralda.
Recuerdo a los chipioneros que aman la música como Manuel Cerpa y la séptima cuerda de su guitarra o Aurora Lorenzo bailando el rojo clavel con su hija Andrea Martín. Pienso en los chipioneros que no se cansan de fotografiar cada rincón de su pueblo, como el Pollo, padrino este año de las playas o Gracia Núñez, junto con Bely, las primeras fotoperiodistas chipioneras.
Chipiona son ellos y Chipiona es Agustín de Azabache, eterno enamorado de la Jurado, es el grupo de ecologistas que no baja la guardia para defender nuestras dunas,la playa Micaela o el camaleón. Es el colectivo sanitario, trabajando en toda la provincia de Cádiz, con algunos de ellos tengo una amistad especial como Ramón Gutiérrez, Lola Vázquez o Antonio Peña. Chipiona es Picoco, ejemplo de modelo empresarial, y la voluntad tenaz de Sole.
También las personas que mantienen viva la cultura del Carnaval, los pregoneros, Cristóbal Sanz o Mara Aineto, Javi Ramírez, integrante de la comparsa de Antonio Martínez Ares que tantos éxitos ha conseguido para Chipiona. Diseñadores, maquilladores, creativos, letristas y músicos como mi querido Antonio Martín. El colectivo de docentes, funcionarios públicos y políticos que han pasado por este ayuntamiento luchando para buscar lo mejor para esta tierra. Porque para llevarse bien no se necesitan las mismas ideas, se necesita el mismo respeto. Todos somos Chipiona
Mis amigos los frailes, mis vecinos, a la cabeza de ellos Fray Juanjo, ya desde hoy también “hermano legal”, aunque siempre te he sentido hermano real, y la inteligencia vivaz de Fray José Luis, rondeño. Paz y bien , que nos regaláis y siempre demostráis.
Y que no daría yo por empezar de nuevo… por caminar la arena de esa playa blanca, por volver a mirarla cara a cara, a ella, a la que siempre será la embajadora más universal de Chipiona.
Rocío de luna blanca, Rocío de madrugadas, Rocío siempre Rocío.
Para mí ellos son Chipiona, porque son las personas quienes hacen los lugares, y son los chipioneros quienes me han enseñado a amar y querer esta tierra. Chipiona son los Caro, los Mellado, los Aparcero, los Jurado, los Naval, los Florido, los Gutiérrez o los Bernal. Ocho apellidos chipioneros, y tengo la suerte de que uno de ellos es el mío.
Por último quiero aclarar que esta adopción es compartida, porque no puedo ni debo aceptarla sin compartirla con la persona que me enseñó a mirar Chipiona con estos ojos. Miguel Gallardo, faro y referente en mi vida, él fue la persona que me trajo a Chipiona, con todas las ilusiones y con “Todas”, las camisetas.
Honrando las palabras que aprendí de mis padres sólo puedo decirte también: Gracias. Aquí tienes otro título compartido y repartido entre toda mi familia, la de sangre y la elegida. Ellos, al igual que yo; ha hecho suyo este pueblo, desde el amor. Y elegir siempre desde el amor y la libertad es garantía de éxito.