El congreso internacional de la Confraternidad de la Vera- Cruz llegó a su fin con una jornada extraordinaria, iniciada a primera hora de la mañana con una procesión de traslado extraordinario desde la capilla del Dulce Nombre de Jesús hasta la Santa Iglesia Catedral por las calles céntrica de la ciudad hispalense. El cortejo llevaba el lema de esta advocación “Toma tú Cruz y sígueme”, las palabras que llevaba la cruz de guía de esta hermandad de penitencia de Sevilla, una cruz llevada por los veteranos de esta corporación del lunes Santo.
Le seguían una legión de cruceros procedente de todos los rincones de España y de América Latina, con un centenar de hermandades, con más de 1000 personas, que se dieron cita en la ciudad de la Giralda, formando un cortejo muy amplio, mientras que cerraba el cortejo el Lignum Crucis.
El Lignum Crucis (literalmente, madera de la Cruz), es una reliquia del cristiano que se refiere al madero usado por los romanos para crucificar a Jesús de Nazaret. Esta reliquia fue portada bajo palio por el Rvdo. Marcelino Manzano Vílchez, director espiritual del Seminario Metropolitano. Todo aquel que se acercaba, podía besar la reliquia, como sucede cada Lunes Santo.
La parte musical del cortejo fue la Banda Sinfónica Municipal de Sevilla, que interpretó marchas de las devociones a la Vera-cruz de distinto lugares de España. Esta formación estreno en su repertorio una obra destinada por un joven compositor para enriquecer el patrimonio de la Hermandad de la Vera-cruz Ilipense con el título “Vera-cruz de Alcalá del Río”, con cornetas, del compositor pianista y profesor del conservatorio Superior de música Manuel Castillo de la ciudad hispalense, Manuel Duran López de la localidad sevillana de Guillena.
Cuando el sol comenzaba a apretar, estaba en lo más alto junto a la Giralda, el palio con la reliquia del Lignum Crucis en traba por la Puerta de los Palos de la Catedral Metropolitana.
Foto Antonio Rendón Domínguez.