Tras la trigésimo tercera jornada de la Liga BBVA, todo es optimismo en Málaga. El conjunto de Pellegrini ha conseguido salir de los puestos de descenso y se mantiene fuera de la zona roja de la tabla. La victoria de este fin de semana sobre el Racing de Santander hace soñar al conjunto malacitano.
Al Málaga le quedan exactamente cinco finales por delante, las últimas cinco jornadas. Aunque puede que antes se asegure la permanencia, el Málaga deberá afrontar sus encuentros contra Hércules, Atlético de Madrid, Sporting de Gijón, Athletic de Bilbao y FC Barcelona como si le fuera la vida en ello. El calendario no es para ser muy optimistas, ya que exceptuando el partido frente al Sporting de Gijón, todos los demás rivales seguramente se estén jugando algo. El Hércules está ahora mismo en puestos de descenso y va a tratar, la próxima jornada, de pasarle ese testigo al conjunto de Pellegrini.
El Atlético de Madrid se está jugando entrar en Europa, algo elemental para mantener a todas sus estrellas y contar con unos ingresos extra para reforzar una plantilla que presenta serias grietas en el centro del campo y en la defensa. La visita a la capital no será fácil para el Málaga, y más sabiendo que los fantasmas del 7-0 en el Santiago Bernabéu estarán esperando en el Manzanares para complicarles la permanencia. El Sporting de Gijón es el conjunto que podría echarles una mano a los andaluces, ya que los asturianos han sobrepasado la barrera de los 40 puntos y posiblemente solo se jueguen el honor en el duelo frente al Málaga.
Las grandes finales, si la permanencia no está asegurado en la jornada 37, se jugaran durante los dos últimos partidos, en donde la visita a San Mamés para acabar recibiendo en casa al Barcelona podrían ser letales para el equipo de Manuel Pellegrini, el cual en estos momentos suma 36 puntos y debería haber pasado los 40 antes de su viaje al País Vasco. Lo que está claro es que haber sumado siete puntos en los últimos tres partidos dan síntomas de esperanza a un equipo que se merece estar en Primera División la temporada que viene, aunque para conseguirlo no se puede permitir ni el más mínimo fallo en lo que resta de curso.