La intervención para eliminar varices, una de las más demandadas en la actualidad (se estima que el 15% de la población padece algún problema de varices) es también una de las más temidas por los que la sufren. No en vano, los tratamientos que existen requieren un largo periodo de postintervención y la recidiva en la mayoría de los casos es muy alta. Hasta ahora. La Clínica Dermitek de Bilbao ha comenzado a realizar un tratamiento innovador y pionero en el Estado por el que los pacientes intervenidos salen andando por su propio pie: la eliminación de varices mediante un láser de 1.320 nanómetros.
Tras probar diferentes láseres endovenosos y radiofrecuencia, el Dr. José Luis Azpiazu, médico especialista y codirector del Grupo Médico Dermitek, viajó a Estados Unidos a formarse en un nuevo tratamiento con láser para el que sólo se forman ocho médicos en el mundo al año. El sistema, que en Europa sólo existe en Alemania y ahora en Dermitek, consiste en meter en el interior de la vena a tratar -a través de una fina aguja- la fibra del láser (de 0,6 mm de grosor, parecido a la pita de pescar); esta introducción se realiza bajo control ecográfico constante y permite situar la punta del láser en el lugar exacto desde donde se ha de tratar la vena, explica Azpiazu. Luego, se aplica anestesia local y se hace el tratamiento, que dura pocos minutos y no provoca ningún dolor en el paciente.
Uno de los aspectos clave de la nueva tecnología estriba en que el láser de 1.320 nm tiene afinidad específica por el agua y actúa calentando el interior de las venas. Esto hace que se sellen sus paredes, haciendo desaparecer la variz y respetando los tejidos adyacentes. Al tratarse de una técnica no invasiva (sin cirugía) y realizarse sin abrir la piel, sin dolor, permite eliminar las varices con un daño mínimo o nulo a los tejidos cercanos a la vena. Esto elimina los riesgos y efectos secundarios inherentes a toda cirugía con anestesia. De hecho, nada más acabar, les recomendamos a los pacientes que anden durante 20 o 30 minutos por Bilbao, apunta el especialista.
Sin recidiva
Uno de los primeros pacientes en someterse al tratamiento fue el bilbaíno Míchel Sáez, de 62 años. Tenía unas varices muy molestas en las piernas, que me picaban, aparte de ser antiestéticas, y con mi trabajo, en el que estoy todo el día viajando, no podía permitirme pasarme mes y medio de baja si pasaba por una operación, señala Sáez, que después de tratarse en una pierna, estaba deseando someterse a la intervención de la segunda. Lo que más valora del innovador sistema es, precisamente, el hecho de salir andando de la clínica. Cuando me hicieron la primera pierna, lo único que me recomendó el médico fue andar todos los días unos 20 minutos y ponerme una media durante una semana; al de ocho días hice un vuelo Bilbao-París-Hong Kong-Bangkok y no noté ni una sola molestia.
Una de las principales ventajas del tratamiento, además de la ausencia de dolor y la recuperación inmediata tras la intervención, es su baja recidiva que es tan sólo del 3% al cabo de tres años. Además, esta técnica endovenosa es la única que permite la eliminación de varices a lo largo de toda la pierna, mientras que el resto de tratamientos no invasivos sólo permiten acceder a la parte que va desde la rodilla al muslo.
En relación a otros láseres de diferentes longitudes de onda utilizados, la nueva tecnología utilizada por el equipo del Dr. Azpiazu comprende la incorporación de un novedoso sistema de retracción automática del sedal del láser, que posibilita la entrega exacta de energía en cada momento y durante toda la longitud de la vena tratada, lo que redunda en un resultado óptimo y más seguro, evitando la aparición de posibles efectos secundarios.
Vida normal al día siguiente
Uno de los principales miedos de Blanca Serrano, bilbaína de 60 años, frente a sus varices, era el pasar por un quirófano. A mí las varices no me producían dolor, era una cuestión principalmente estética, y no quería pasar por un quirófano por algo que no me dolía; cuando me hablaron de este tratamiento reconozco que tenía mis reservas en cuanto a lo de que no había recuperación postoperatoria, pero la verdad es que al día siguiente ya podía hacer vida normal, cuenta Blanca, sorprendida principalmente por la ausencia de dolor y la nada traumática experiencia que supone el tratamiento.