El XI Congreso Nacional de Psiquiatría ha desplegado en Santiago de Compostela las líneas de trabajo en investigación básica y clínica más punteras en este momento de la Red de Enfermedades Mentales y Trastornos Afectivos y Psicóticos (REM- TAP). Un aspecto clave de esta red lo forma el banco de cerebros, una estructura que provee a las diferentes plataformas de investigación de la REM- TAP con el soporte biológico de dichas patologías: el cerebro. El banco de cerebros está coordinado por la Universidad del País Vasco (UPV) y cuenta con el apoyo del Instituto de Salud Carlos III
En este sentido, el catedrático de Farmacología de la UPV y responsable de este proyecto, Javier Meana, ha recalcado durante el Congreso la importancia que tiene el que los pacientes psiquiátricos - y sus familiares- consientan en donar el cerebro tras su fallecimiento al banco de cerebros. De este modo, la investigación de patologías tan graves como la depresión, el síndrome bipolar y la esquizofrenia podrá seguir avanzando.
El procedimiento de donación de cerebros es muy parecido al de la donación de otro tipo de órganos. A través de los profesionales sanitarios y, sobre todo, a través de las asociaciones de pacientes psiquiátricos, se solicita, tras el fallecimiento, la extracción del cerebro completo, y la conservación de éste en las condiciones técnicas adecuadas, ya que con él se van a realizar múltiples investigaciones. Por esta razón es por la que se ha creado el banco de cerebros indicó el catedrático.
Necesidad de las donaciones
La cifra de cerebros que cada año se incorporan al banco de cerebros es difícil de estimar, ya que una cosa es hacer una estimación de los donantes que se consiguen en un año y otra, cuántos de esos donantes fallecen finalmente. Por otro lado está la colección de cerebros que incluye muestras no cerebros completos- y en la que aproximadamente se venían recogiendo entre 50 y 70 muestras al año. Esto nos ha permitido conformar una colección de cerebros que actualmente posee muestras de 1.000 sujetos. Por estas razones, se hace necesario aumentar la cifra de donantes.
Los bancos de cerebros exigen una fuerte interrelación social, es decir, un programa de donación de cerebros precisa una fuerte participación social e incluso campañas de concienciación para aumentar las donaciones. Nosotros, desde el banco de cerebros, estamos contactando directamente con asociaciones de pacientes y cualquier difusión que se hace de este asunto en los medios de comunicación tiene una repercusión inmediata, en la que recibimos numerosas llamadas. En un banco de cerebros, apunta Javier Meana si no hay una implicación social que vaya más allá de la de los propios profesionales que participan en él, al final no va a tener sentido. Las campañas de concienciación, tal y como las considera el experto, son una forma de acercar la ciencia a la sociedad, a los pacientes y a los familiares.
La experiencia en las solicitudes de donaciones en otros campos semejantes, como el del estudio de enfermedades neurológicas, es muy positiva. Es decir, esa misma idea de que España es el lugar donde más alta tasa de donaciones de órganos hay para trasplante, para este tipo de donación para investigación, se reproduce igualmente.
No todos valen
Pero hay limitaciones a la hora de recibir los cerebros. No basta con que entre un cerebro en el banco, es necesario saber la historia clínica que hay detrás de ese cerebro, con un diagnóstico bien preciso. Asimismo, en ocasiones, los forenses necesitan partes de los cerebros que van a ser donados al banco para hacer su trabajo. Por otro lado, en los programas de donación, cuando alguien te dona el cerebro nunca sabes cuándo lo vas a tener, en contraste con las muestras que recibe la colección de cerebros, que por ejemplo, en los casos de suicidio tienes claro que, estadísticamente, te van a entrar unas 25 ó 30 muestras cada año.
Resultados
Con la estructura montada, el sustrato investigador previo que había, y con el trabajo en red se ha producido un salto cualitativo importante en la investigación. Si antes lográbamos 5 publicaciones al año, ahora se estima que se pueden sacar 15 ó 20, y de mayor entidad. Esto ha contribuido a que haya más doctores en las áreas de investigación relacionadas y mayores avances en la terapéutica y en el desarrollo de nuevas dianas terapéuticas.
Perspectiva de futuro
No hay muchos bancos de cerebros para el estudio de enfermedades psiquiátricas en todo el mundo; en total, se estima que hay unos 10 ó 12, mientras que en Europa habrá unos 6. Esto supone que la utilización de los recursos disponibles sea fundamental para avanzar en la investigación. En breve, el banco de cerebros tendrá una proyección europea. De hecho, dentro de los actuales programas- marco y las convocatorias de investigación ya hemos recibido peticiones de consorcios de investigación que se están estableciendo en otros países europeos, para incorporarnos a ellos. También es lo que se espera de nosotros.