Texto Integro del Pregon del Carnaval de Chipiona por Isabel Fayos
PREGON DEL CARNAVAL DE CHIPIONA
Dios te salve chipiona
Perla gloriosa del mar,
De los que no te valoran
De los que te quieren mal.
Dios te salve Chipiona
De los que ensucian tus playas,
De los que enseñan sus pellas
Por donde quiera que vayan,
Porque no usan camisetas
Ni guayaberas de rayas.
De los que hablan a voces
Como si estuvieras sorda,
De los que no reconocen
Las cosas que a ti te estorban.
La prepotencia de algunos
Que entran en este pueblo
Sin miramiento ninguno,
Avasallando tus calles
Creyendo que el pueblo es suyo.
Con sus chándal de Domingo
Que tan agustito andan
Señaladito el ombligo,
Comprenderán los amigos,
Que le llamen chipichanda.
Que no es por menospreciar
Pero vaya modelitos
Que traen de la capitá.
Y claro que todo el mundo
Puede vestir como guste,
Pero con este mal gusto
Estamos perdiendo el lustre.
Nos dice un sabio refrán
Para hombres y mujeres,
Que donde fueres
Has lo que vieres.
Y yo nunca he visto aquí
Y llevo aquí media vida,
Esta forma de vestir
Y me parece mentira.
Muy al contrario señores,
Yo recuerdo que en el barrio
Donde sobraba el sabor,
Vi los primeros freperrys
Y muchos chemilacot.
Si, los nikis del cocodrilo
Que se pusieron de moda
Y hoy te lo compras por ná
Pero en aquellos entonces
Era una barbaridad.
Y la gente se ponía
Sus mejores vestimentas
Para dar un paseito
O pa sentarse en la puerta.
Pa ir al cine de verano
Para bailar en las lanzas
Con nuestros buenos zapatos
Ni con botines ni chanclas..
Al mohama, al picoco
¡Que Alegría de pandillas!
Todo nos sabía a poco
Sin comernos una rosquilla.
Éramos de la familia,
Porque con cada verano
Se reanudaba la vida,
Entre auténticos hermanos.
Eran casas alegres
De un barrio de alegría
Y aunque poco sobraba
Todo se compartía.
Una misma familia
Era la vecindad
Donde todo cabía
Menos la soledad.
Las noches de verano
Sentadas en la acera
Nos contaban historias
Del barrio las abuelas.
Y venían los duendes
Con arte a despertar
A todos los ausentes
Desde la eternidad.
Que este pueblo siempre ha sido
Cercano y hospitalario
Con quien lo hemos querido
Y hemos sido solidarios.
De las costumbres horteras
A las que me he referido,
No se den por aludidos
Los que no sientan así,
Los que se vean definidos
Que no sigan por ahí.
Vamos a cuidar Chipiona,
Los de dentro y los de fuera,
Que esta tierra nos espera
Llena de buenas personas.
Llevémosla por bandera
Que ella también nos adora,
Y es la única manera
De devolverle a esta tierra
Los valores que atesora.
La humildad, la cercanía
La belleza, la alegría
Su gran hospitalidad,
Esta gran algarabía
Cuando llega el carnaval.
Chipioneros, Chipioneras
Esta mujer que os pregona
Os pide vuestro permiso
Para sentirme aquí mismo
Una más de Chipiona.
Excmo. Sr. Alcalde, Autoridades, organización oficial del Carnaval
chipionero 2007. Queridos amigos:
Ni que decir tiene que es para mi un grandísimo honor que hayáis contado conmigo para pregonar el carnaval 2007 , la fiesta grande de este pueblo, que por estos días, le dibuja una sonrisa a la vida, se la pone por montera y la saca a pasear sus calles para reírse de lo divino y de lo humano.
Por estos días, se abre un paréntesis para que quepa la alegría, toda la que se pueda recabar, a pesar de los problemas de cada uno, que estamos en Carnaval, y eso significa, crítica, denuncia y libertad, para poder decir cantando, lo que ha veces no podemos decir hablando, por eso hay que estar atentos a las ingeniosas letras de las chirigotas, comparsas, cuartetos y coros con las que disfrutamos tanto y, en este pregón,quiero que quepan todas las gente que de un modo u otro participan desde las peñas, agrupaciones, asociaciones de vecinos o simplemente dentro de un disfraz a engrandecer estas fiesta y que son los verdaderos artífices de este maravilloso Carnaval, a la pregonera y damas infantiles de la Plaza vieja. A la Delegación Municipal de fiestas, a la sta. perla del carnaval 2007. Al autor del cartel A la asociación de vecinos Atlántico El Barrio, la alcancía, la de Pozo Romero, asociación de Mujeres Progresistas. Agrupación de cabalgata Scipionis, El café de media tarde. Peña Cruz del Mar. Peña No jeci Quizá. Peña El Chusco. Peña El Mono. Peña Peñita. A la Asociación de Amas de Casa a la Asociación de vecinos Meca Baja, a Mercedes y Pilar Galvía Jurado que son las que nos han hecho estos maravillosos trajes, y a la chirigota del Popo y que cantan así de bien. Gracias a todos. Aquí canta la chirigota.
Os he pedido permiso para hablaros como chipionera, no como sevillana y poder denunciar así, las cosas de chipiona que por quererla me duelen igual que a vosotros, y para enaltecer sus cosas buenas, que por fortuna son muchas.
Quiero en esta noche ser, la voz de todas esas personas que han querido y defendido a chipiona y que nunca podrán subirse a este escenario para piropearla en voz alta, bien porque ya no están, o porque no puedan hacerlo por las circunstancias que sea, hoy quiero ser la voz del mar, de este mar que nos convoca cada verano y acaricia las playas de Chipiona, esas playas que han sido testigo del discurrir de nuestras vidas.
Los Señores de Neptuno
Que son los reyes del mar,
Hoy se han venido a Chipiona
Para ver su Carnaval
Y con un enorme aplauso
Los vamos a saludar.
Yo he tenido la suerte en Sevilla de nacer en el barrio de Triana en una casa humilde rodeada de gente buena y de mucho cariño y, en Chipiona el privilegio de crecer también en el barrio en la calle Capitán Cortés que hoy se llama el barrio. Rodeada de gente sencilla, maravillosa y alegre con las que he compartido los años más felices de mi vida.
Aquí están representadas las dunas, las barcas en secano, lo que se veía al salir de la calle El Barrio. En la misma arena estaban la casa de Frasquita la ovejita en la que estuvimos veraneando algunos años, frente, la casa del rubicano y allí mismo, la casa de Emilia y Salvador donde yo me pasaba casi todo el tiempo disfrutando de la alegría arrolladora de Emilia y toda su familia, en la casa de mi amiga Regli con la que también compartí juegos y risas, y es curioso, no teníamos tantas comodidades como ahora, pero éramos muchísimo más felices ¿porqué será?. Será porque todavía en este pueblo no había en Febrero Carnaval.
Es necesario rescatar estos recuerdos, para refrescar la memoria de los que hemos tenido la suerte de vivirlo y, para informar a nuestros hijos y a los jóvenes que no han conocido esa historia de Chipiona, para que conozcan que hubo una forma de vida inocente y entrañable que nos hizo querer profundamente a Chipiona y a su gente.
Aquí están todos conmigo
En el mar que represento,
Yo le serví de sustento
A marineros amigos.
Cuantas veces se han dormido
Con la danza de mis olas,
Cuantas noches han oído
Suspiros de caracolas.
Cuantas veces me han echado
Sus redes de amanecer,
Y he vaciado mis entrañas
Para darles de comer.
Ellos conocen mi furia
Mis calmas y mis mareas,
Mi coqueteo con la lluvia
Y mi envidia a las estrellas.
Surcan mis aguas cantando
Y alegran mi corazón,
Mientras están faenando
En la pesca del cazón.
Ni cazones tengo ya
Para poder regalarles
Se están cargando la mar
Y nadie viene a salvarme.
Yo, que no dejo de besar
La playa de las canteras,
De Regla y la Cruz del mar
Y soy espejo de amores
Con la luna reflejá.
Que a los pies del Santuario
Extiendo mi espuma blanca
Pa que a La Virgen de Regla
No se le enreden las algas.
Y a lo lejos se adivina
Cuando estoy en bajamar
La piedra de Salmedina
Con sueños de eternidad.
Y abrazo la luz del Faro
Que quiere jugar conmigo
Igual que el ratón y el gato
En un continuo tiovivo.
Y recojo en las mareas
Mis aguas pa que se vean
Las piedras de mis corrales
Y podáis en mis rincones
Mariscar un buen cangrejo
O un cubo de camarones.
¿Donde están mis marineros?
Los que venían a pescar
Estrellitas y luceros
y caballitos de mar.
¿Donde están mis marineros?
Que no puedo respirar,
entre basura me muero
Y no me quieren limpiar.
¿Dónde están mis marineros?
Mis hombres de chipiona
Aquellas buenas personas
Que tanto me protegieron.
Estarán buscando nuevos
Veleros pa navegar
Por las corrientes del cielo
Con sus velas desplegá.
Y los que están en el suelo
No los llames, te lo ruego
Que ahora están en carnaval,
Viviendo su carnaval.
Viviendo el Carnaval están los del suelo y los del cielo, como nuestra Rocío Jurado y nuestro Ricardo Naval y los muchos chipioneros que se han venido a asomar a los balcones del cielo para ver su Carnaval.
Juan ignacio Sardi que tantos años pintó de colores la cara de chipiona para vestirla de carnaval en sus carteles. Manuel Camacho Francés El Chusco que endulzó con sus letras y sus músicas tantos y tantos carnavales y dejó tan buenos discípulos.
Rocío Jurado fue pregonera del Carnaval 2003 vestida de lo que era una estrella, una estrella que llenó con su maravillosa voz de ilusión y encanto el aire del mundo entero y el aire de su pueblo de chipiona más que a ninguno. La mujer que había detrás de esa estrella, a la que yo, como todos vosotros tuve la suerte de conocer, era cariñosa, cercana y tremendamente frágil, muy distinta de lo que aparentaba ser para el mundo del espectáculo. Ella se desvivía por venir a su pueblo y respirar en la Cruz del Mar el bajío que desprende el agua, de sal y de algas que debe ser sin duda alguna el olor del cielo, porque te transporta, te eleva y te transforma. Le encantaba la berza, el moscatel y todo lo que saliera de esta bendita tierra, y a eso no puede ella renunciar por la muerte, porque Rocío. Rocío Mohedano Jurado es eterna.
Y a su lado estará Ricardo Naval, ocupando un balcón de privilegio
donde asomarse a su pueblo también en estos días de color y fiesta, para darle el toque de distinción que el sabía darle a los momentos especiales, era un gran anfitrión de chipiona y para chipiona. El también se dolía de los cambios que había experimentado chipiona con el paso del tiempo, recordaba cuando era costumbre arreglarse para salir a pasear de noche, tomarse una copa o un simple helado y, entraban en su casa artistas, escritores, pintores, poetas, cantantes o gente con profesiones distintas, guapos y oliendo a gloria, con educación y respeto, que es como se debe entrar en cualquier parte y, nos daban las tantas oyéndolo contar anécdotas e historias vividas. Te echaremos de menos Ricardo, un beso y un aplauso allá donde estés, amigo.
Si algo caracteriza a Chipiona es su gracia, lo que yo me he reído aquí y me sigo riendo con las ocurrencias de su gente no tiene nombre.
Recuerdo una ocasión en que vinieron unos vecinos de Sevilla a Chipiona por primera vez, era un matrimonio encantador pero gordísimo los dos, yo no se lo que podían pesar juntos, una barbaridad porque eran inmensos, total, que lo típico, se van a la avenida de Regla a montarse en un coche de caballos, y de momento bien, pero cuando anduvieron unos metros el caballo estaba eslomaito, no podía tirar de ellos, y el cochero ni corto ni perezoso, se baja del pescante y les dice, mira joio Dios, ya estáis abajo los dos que el animal no puede con tanto peso, y al matrimonio les dio por reírse y no se podían bajar de la risa floja que les entró.
Aquí hay anécdotas buenísimas, que no tienen nada que envidiarle a cualquier chiste, como os he dicho antes, yo me llevaba mucho tiempo metida en la casa de los vecinos del barrio porque me lo pasaba muy bien. Y una de ellas me contó lo que le pasó en un viaje. Antes no era frecuente que la gente saliera del pueblo, todo cambió, afortunadamente, cuando entraron los partidos políticos, como decía ella, para pelotear a la vencidad, organizaban viajes para que se airearan un poquito, en este caso fue a Sevilla, a la hora de comer, le plantificaron por delante un bistec con patatas, y ella, muerta de hambre, trinca la carne con las manos y se dispone a comérsela, el monitor que la ve, va y le dice, fulanita, mira eso no se come así hija, con la mano izquierda coges el tenedor y con la derecha el cuchillo, eso y el bistec que me lo como con el coño.
Bendita gracia, bendita inocencia y bendita espontaneidad, y benditos tos nosotros que estamos en Carnaval.
El recuerdo primero que yo tengo de cantar, es aquí en chipiona. Mi padre era un gran aficionado al flamenco, y en casa de Frasquita la ovejita, que tenía una pequeña taberna, me ponía encima de la mesa a cantar fandangos para sus amigos, aún recuerdo su cara de satisfacción.
Pues bien en homenaje a ese recuerdo, y al sofocón que le haciamos pasar a mi madre cuando veníamos en los amarillos, voy a cantar un tanguillo con este maravilloso coro, que he compuesto para mi pueblo de Chipiona.
Yo no quiero recordarlo
Cuando éramos chiquillos
Que tormento era montarnos
Todos en los amarillos,
Colchones cubos y palas
Y pelotas de colores
Ay que experiencia más mala
Con santísimas calores.
Que cantidad de mareos
Cuanto queda pa llegar,
Donde está que no lo veo
Niño te quieres sentar.
Hasta que como Colón
Alguién gritaba veo tierra
Es el Faro, qué ilusión.
Madre mira a lo lejos
Que ya se asoma
Ya se divisa el faro de chipiona
Estaros quietesitos
que hemos llegao
vaya por Dios que otro se ha mareao.
Madre mira a lo lejos
Que se ve el mar
Quitate las aletas de bucear,
Que con una caída tengo bastante
Que forma de llegar los veraneantes.
Dicen que andando caminos
Todos conducen a Roma
Será después de haber ido
Antes para chipiona.
Que no hay cristiano en el mundo
Que haya pisao tus arenas
Y se sienta vagabundo
Cuando esta lejos de ellas.
Y si ha tomado su sangre
Que es el dulce moscatel
Es que no lo libra nadie
De querer verla otra vez.
Hasta que como Colón
Alguién grita tierra veo
Y este cuento se acabó.
Madre mira a lo lejos
¡VIVA EL CARNAVAL DE CHIPIONA!
¡VIVA CHIPIONA SIEMPRE¡
¡QUE VIVAN LOS CHIPIONEROS!