Eva Yerbabuena, considerada por muchos la mejor bailaora de su generación, visita con su Ballet Flamenco el Gran Teatro de Córdoba para presentar este jueves 19 de mayo A cuatro voces, un montaje singular en la historia del género en el que la artista granadina homenajea con su danza a cuatro de los más grandes poetas españoles: Vicente Aleixandre, Miguel Hernández, Blas de Otero y Federico García Lorca.
Quiero probar si soy capaz de transmitir con mi cuerpo las mismas sensaciones que ellos emitían con sus versos, explica la propia bailaora. Por tanto, el espectáculo no sigue una línea argumental en torno a la biografía o la obra de los personajes elegidos, sino que está basado en las emociones, en las reflexiones, en la abstracción. Debe ser el receptor quien decida lo que ve, a él le corresponde encontrar el nombre del poeta bailado.
Tal vez sea éste el espectáculo más difícil de Yerbabuena, ya que el mensaje final sólo está en su cuerpo, nunca en los elementos externos, aunque la música creada por Paco Jarana sea un perfecto papel en blanco sobre el que escribir movimientos: bulerías, fandangos, soleá, siguiriya, serrana, toná, alegrías...
Con dirección artística y coreografía de Eva Yerbabuena, en A cuatro voces participan nueve bailaores y bailaoras arropados por el cante de Enrique Soto, Pepe de Pura, Rafael de Utrera y Jeromo Segura. Completan la parte musical Paco Jarana y Manuel de la Luz (guitarra), Antonio Coronel (percusión) e Ignacio Vidaechea (saxo y flauta).
De la bailaora granadina los entendidos destacan su capacidad para expresar un sentimiento jondo sin límites, la quintaesencia del flamenco clásico con su eterna verdad de emoción y profundidad, sencillez y elegancia. Y sin embargo, esta vuelta a las esencias la construye desde una perspectiva radicalmente contemporánea, con un sello personalísimo al que se une una singular intensidad emocional y una indudable perfección técnica. Como muestra, su antológica interpretación de la soleá, que ella baila con una enorme carga de dramatismo y belleza.
Yerbabuena bailará en Córdoba casi recién llegada de Tokio, donde ha obtenido un éxito calificado de apoteósico. Hasta seis veces bajó el telón para despedir a una bailaora que, según la crítica, representa como nadie las estampas añejas de Carmen Amaya y La Argentinita, el olor a tierra y sur de las fotos sepia de La Malena y la Macarrona, las hechuras de respeto y hondura de Rosario, la libertad creadora y el rigor de doña Pilar López.