Mayte Martín llegaba a Sevilla tras triunfar en el Teatro de “Las Cortes” en San Fernando (Cádiz) la noche anterior. Presentaba en el Teatro Pathé su espectáculo “Flamenco íntimo”, acompañada del jerezano José Gálvez a la guitarra.
Se presentaba, curiosamente, en el mismo escenario en el que Jesús Quintero, creador de este espacio, realizaba sus míticas entrevistas y donde se celebró el 16 de noviembre del 2010 que el Flamenco fuera declarado por la UNESCO Patrimonio Inmaterial de la humanidad. El lugar tenía todas las características para inspirar y Mayte lo anunció al salir al escenario: “Espero que esta noche sea de regusto para todos ustedes”.
Lo deseó y lo consiguió, regusto entre el auditorio y también en el escenario. Dosis de buen gusto en las manos mágicas de José Gálvez, artista polifacético, hombre sabio y experimentado. Y Mayte una vez más dio una lección de clase, de técnica vocal, de sentimiento y de capacidad de transmitir.
La verdad desnuda, sin artificio, sin adornos que distraigan. Flamenco interpretado por flamencos. Llevaba varios días el cartel de no hay billetes, público heterogéneo, buenos aficionados, seguidores de Mayte desde hace muchos años. Elegancia y humildad, dando el sitio a su compañero, ironía y guiños al público, y una seguridad escénica apabullante. Y para finalizar un bis, una canción que se ha convertido en la más solicitada de su repertorio, S.O.S. Y aún en el lamento y en el desgarro ella no pierde la elegancia. Mayte tiene el conocimiento, la formación, la versatilidad y sobre todo el regusto.
Mayte Martín, artista de artistas.