
Ildefonso Vergara ha ahondado en cien años de flamenco en la radio y radio flamenca en un libro de más de mil páginas y una ingente información.
Mil setenta y seis páginas en un solo tomo. No se asusten. Es cierto que el libro del periodista Ildefonso Vergara, fruto de su tesis doctoral y titulado Cien años de flamenco y radio, editado en la colección de flamenco de la Universidad de Sevilla a finales de 2024, es un tocho, como dijo la directora de publicaciones en la presentación en Sevilla. Un tocho, pero, ojo, en el mejor sentido de la palabra, pues una vez que lo tienes en tus manos, no sin esfuerzo por el peso, eso sí, te vas dando cuenta de que estamos ante una obra importante. Es más, una vez que acabas de leerlo o de repasarlo, realmente compruebas que es una de las aportaciones más señeras de la bibliografía flamenca de investigación científica sobre flamenco de los últimos años.
Aquí, para los interesados, el enlace a la editorial de la Universidad de Sevilla, coordinada por Araceli López Serena, en su colección de flamenco, dirigida por Francisco Javier Escobar Borrego y Rocío Plaza Orellana, colección premiada y reconocida:
Es cierto que, por su contenido, específico, relativo a cien años de presencia de flamenco en la radio, y diríamos que de la radio en el devenir del flamenco, en mutuo beneficio, puede no interesar a todos. No es, no, un libro generalista, como hay otros, más divulgativos y que recorren historia, letras, estilos, personajes del flamenco. Es, por el contrario, un trabajo relativo a este asunto, y, por ello, aparte de interesar parcialmente a cada uno, según su gusto y su origen –la parte de flamenco en la radio en Huelva, por ejemplo, le interesa más a los de esa provincia que a los que, como yo, son de la de Sevilla–, nos interesará, y mucho, por otros aspectos como las biografías breves de los protagonistas, tanto artistas como comentaristas. Asimismo, si queremos ver la evolución de la radio en España desde sus inicios desde 1924, ya con flamenco en sus ondas, dentro del contexto histórico, también tendremos aquí motivos de aprendizaje o de recordatorio. Además, tenemos toda una completa información de programas de flamenco en la radio de España y resto del mundo, concursos, tertulias, cobertura de espectáculos variados desde una peña flamenca, un festival de verano o un teatro, entrevistas, etc.
Un mosaico de informaciones profundas, contrastadas, muy bien redactadas y comentadas, dado el caso, con una competencia y elegancia encomiables. Conozco personalmente al autor, Ildefonso Vergara, desde hace unos años, desde que se acercó al programa de doctorado de investigación interdisciplinar de flamenco de la Universidad de Sevilla, que coordiné durante dos años. He seguido los pasos de su tesis y, más recientemente, sus conferencias extraordinarias y su trayectoria cada vez más amplia y valorada, premiada incluso por los aficionados. Hombre de radio, es director comercial regional de la Cadena Ser de Andalucía y ha trabajado en varios medios. Él mismo aparece en el libro como promotor de un programa flamenco de la radio de Almonte, en su zona de nacimiento, desde los primeros años de su entrega total al flamenco. Persona elegante, como su estilo, es encomiable cómo ha investigado con un ahínco y seriedad incuestionables, y cómo ha redactado este libro, fruto de tesis doctoral, con amenidad y a la vez con una profundidad digna de un gran investigador y un buen escritor.
Su idea principal es que la radio contribuyó a la socialización del flamenco. Al principio, había, dice, flamenco en la radio, como había básicamente música en general, con intervenciones en directo. Después, a partir de los años sesenta, empieza a ser un tema del que se habla como un contenido específico, por lo que podríamos hablar ya de la radio flamenca, con tertulias como la que propició Antonio Mairena, tan recordadas, cuyo recuerdo queda reflejado en la foto de portada del libro. No es un recurso de ambiente, de relleno de programación, sino que ya tiene una mayor entidad social e intelectual.
Asimismo, estudia la radio como medio o recurso de promoción del flamenco, por ejemplo, con la organización de concursos de cante como el de Unión Radio, después Cadena SER, desde 1925, celebrados en los estudios de la radio con asistencia de público. De promoción y de revalorización, en la línea defendida por Antonio Mairena a partir de esos años, a quien dedica unas palabras mesuradas, valorando con equidad y conocimiento.
Un maestro al que tanto valora, Iñaki Gabilondo, hace el prólogo. Muchos años de historia de la radio en este periodista ejemplar, y parte de ellos en Sevilla con su pequeña aportación a la atención al flamenco en un contexto histórico aún de dictadura, censura, fuerzas vivas reaccionarias, etc., que en todo, y en esto también, daban la lata por no decir el latón. Un mundo de libertad, apaleado a la vez, de lo emocional, que le atrajo intensamente
La obra se divide en diecinueve capítulos, recorriendo la relación flamenco y radio por provincias y algunos lugares del extranjero. Es una entrega para informarse de modo general y a gusto del lector, como decimos, pero también para documentarse, por lo que los investigadores tendrán aquí un buen reguero de biografías, fotos, documentos varios, que les allanarán el camino hacia algunos de sus objetivos, tengan o no que ver con la radio. Se complementa con muchas figuras o imágenes, algunos QR para escucha de programas o listado final de documentación de referencia.
Y aún me queda por comentar una parte personal, emocional, vivencial. Cada uno, si ya peina canas, verá la suya. La mía, más a allá de los sesenta y tras más de cuarenta años de afición e investigación de flamenco, se ha visto impactada por algunos nombres, fotos o momentos. Son muchos y llenos de pasión por el flamenco y la amistad con sus amantes: el programa El duende y el tarab de Manolo Bohórquez, donde colaboré con una pequeña sección de estudio de las letras, titulada Con una copla de más; el impagable Emilio Jiménez Díaz, hombre de radio y periodismo, flamenco cabal al máximo, que me dio la primera oportunidad al publicar en El Correo de Andalucía, allá por 1986, mi primer artículo sobre flamenco; Manolo Curao, a quien he seguido no por tierra, mar y aire, pero sí por radio y televisión desde sus inicios; Manuel Cerrejón, hombre de pasión imbatible y aportaciones significativas, en cuyo programa me ha entrevistado; Manuel Martín Martín, a quien he seguido también desde el principio aprendiendo con su inabarcable experiencia; el recordado Miguel Acal, a quien llegué a entrevistar para la revista El Olivo; José L. Montoya, que tan bien me ha tratado en su Patio de ABC; Tere Peña y su pellizco y elegancia comunicativas; Antonio Montero Saucedo, paisano de Paradas, que emigró a Barcelona y desde allí hace radio flamenca; y otros y otras periodistas con los que he aprendido y aprendo mucho. O el mismo autor, Ildefonso, a quien he tenido el placer de escuchar por fandangos de su tierra onubense en reunión de amigos junto a sus profesores y ahora amigos del programa de doctorado. Por cierto, que sepa todo el mundo, que para algo no, sino que para mucho sirven estos programas de doctorado, estas tesis sobre flamenco, que dan frutos como el presente desde la investigación científica.
La radio, pues, como se nos dice y demuestra, ha sido un pilar fundamental para la difusión y conocimiento del flamenco. Y esta obra monumental, este tocho magnífico, al que la única pega que podría ponerle es quizá que se podía haber editado en dos tomos para más comodidad, libro escrito muy bien, mesurado en los comentarios más personales, es desde ya, para mí, en mi seguimiento de la bibliografía, uno de los mejores libros escritos y publicados en los últimos años.
→ Ildefonso Vergara, Cien años de flamenco y radio. Sevilla, Universidad de Sevilla, Col. Flamenco, 2024.

