En el corazón de Mairena del Alcor, entre las manos expertas que moldean la arcilla con maestría y pasión, surge una obra que trasciende el tiempo y el espacio: la escultura "Derecho a la Vida", creada por Constanza Gavira, hija y sobrina de los Ilustres alfareros del arte, Antonio y Jesús Gavira. En este rincón de Andalucía, donde el barro es más que materia prima, es legado, es historia, es vida, nace un monumento que clama por el derecho más fundamental de todos: el derecho a existir.
Cada surco en la tierra de Mairena cuenta una historia, cada giro del torno de alfarero es un eco del pasado y un susurro hacia el futuro. La familia Gavira, señores del barro de los alcores, han labrado con sus manos no solo imágenes y esculturas, sino también un legado de arte y compromiso con la vida. En esta tierra fecunda, donde la tradición se entrelaza con la innovación, Constanza Gavira da forma a su visión, a su mensaje, a su testimonio.
La escultura "Derecho a la Vida" emerge como un faro de esperanza en medio de la oscuridad, como un recordatorio de la fragilidad y la belleza de la existencia. En cada línea, en cada curva, se plasma el valor intrínseco de cada ser humano, desde el momento de la concepción hasta su último suspiro. Es un llamado a la reflexión, a la empatía, a la solidaridad con los más vulnerables, con aquellos que aún no han visto la luz del mundo .
La obra de Constanza Gavira trasciende el mero objeto artístico para convertirse en un símbolo de resistencia, de amor incondicional, de defensa de la vida en todas sus formas. Sus raíces se hunden en las tradiciones escultóricas de su familia, pero sus ramas se extienden hacia el futuro, hacia un horizonte donde el respeto y la dignidad sean los pilares de nuestra sociedad.
En cada rincón de Mairena, la escultura "Derecho a la Vida" se erige como un monumento a la esperanza, como un faro que guía nuestros pasos hacia un mundo más justo y compasivo. Es el legado de una familia que ha dedicado su vida al arte y la defensa de los valores humanos más fundamentales. Es un testimonio a la vida, un recordatorio de que cada ser humano lleva consigo una chispa de divinidad, una promesa de infinitas posibilidades.
Que esta obra perdure en el tiempo como un faro de esperanza para las generaciones venideras, como un recordatorio de que la vida es un regalo precioso que merece ser protegido y celebrado en todo momento. Que la escultura "Derecho a la Vida " sea el legado imperecedero de los Gavira, una familia que ha dejado una huella indeleble en el corazón de Mairena y en el alma de todos aquellos que tienen el privilegio de contemplar su obra.
No dejes que se rompa el sueño
Del niño que va a nacer,
La vida no tiene dueño
Aguanta nueve lunas que,
esa carita color de aceituna
a su madre va a conocer.
Porque madre no hay más que una
y tengo todo el derecho a nacer
y que me canten en una cuna
los duendes al amanecer.