En la iglesia parroquial de Santa María de la Asunción de Alcalá del Río, tuvo lugar el II Pregón cuaresmal de la Asociación de Fieles del Santo Cristo del Buen Fin, a cargo este año del cofrade José Benjamín Domínguez Aguilar, por su cualidad de ser uno de los miembros fundadores de la cofradía en 1965.
El pregonero comenzó con una breve exposición de sus recuerdos de los primeros años de la cofradía, cuando salía rompiendo todos los moldes hasta entonces establecidos en la Semana Santa Ilipense: austera cofradía de silencio por calles inéditas hasta entonces; túnica de azul baratillero sin más colores ni aditamentos que una discreta botonadura roja, vestidas por nazarenos ordenados por orden de antigüedad y previa expedición de papeleta de sitio...cerrando con el paso del Cristo iluminado sólo por cuatro hachones. Todo era nuevo y distinto entonces y, por nuevo e inédito, también era desconocido, sorprendente, imprevisible y extraño para unos y emotivo para otros.
Entonces comenzó esta lección que no ha acabado todavía. Hoy todas las hermandades ilipenses, sin renunciar a sus orígenes y a su estilo propio, gozan de maneras y formas perfeccionadas que parten de aquellos primeros tiempos postconciliares que el Buen Fin vino a mostrar.
Seguidamente, el pregonero hizo un detallado recorrido imaginario a lo largo de la cofradía, parándose en comentarios sobre el sentido de cada insignia hasta concluir con el procesionar junto al paso oscuro del Santo Cristo, escuchando y comentando sus Siete Palabras.
Tras los comentarios a la Cruz de Guía, quedaron de manifiesto ciertos peligros que, con apariencia de progreso, amenazan hoy a nuestras cofradías. Ante la Bandera, se denuncian los males que sufre nuestra sociedad de hoy y se declaran algunas de las posibles fuentes de estos males, contra los que deben luchar las hermandades. Ante la presencia del Estandarte, se consideró la naturaleza actual de la Asociación de Fieles, según el Derecho Canónico, y las diferentes formas de practicar la obligada caridad. Tras resaltar el deseo de volver a vestir la túnica de nazareno por sus indudables beneficios, concluyó exponiendo el valor de cada hermandad como parte de un solo cuerpo, según la carta de San Pablo a los corintios.
En poco más de una hora D .José Benjamin nos sumergió y evangélizo la humilde cofradía que plasmamos por las calles de Alcalá del Río cada Martes Santo , cumpliendo así con la historia pasada y reciente de la hermandad.
La conclusión final, considerando la utilidad de las hermandades, fue una optimista llamada a la Esperanza, justificada en la inminente Resurrección de Cristo y su permanente presencia en el sagrario.
Foto Antonio Rendón Domínguez