De regreso a Lanzarote tras ganar su primera cita internacional del año, la líder mundial del windsurf olímpico prosigue su puesta a punto con la mente puesta en los Juegos de París.
De su casa en El Puerto de Santa María a su ‘oficina’ en aguas canarias, donde el equipo preolímpico español de vela prepara en este arranque de año el asalto al Campeonato del Mundo de clases olímpicas del próximo verano, donde se pondrán en juego los primeros billetes por países para París 2024. Después de unos días de descanso y reseteo parcial, Pilar Lamadrid (Ellas son de aquí / Livinda / Puerto Sherry / Fundación Andalucía Olímpica) ha regresado esta semana a Lanzarote para continuar con su puesta a punto de cara a una temporada más que ilusionante para la sólida líder del ránking internacional de la clase iQFoil, condición que ostenta desde junio de 2022.
De momento, la windsurfista sevillana afincada en tierras gaditanas sólo sabe subir a lo más alto del podio esta campaña, añadiendo al triunfo logrado en la Regata de Año Nuevo de la Bahía de Cádiz de diciembre el reeditado a finales de enero en los iQFoil Games de Lanzarote, primera prueba del circuito internacional de la nueva disciplina olímpica de las tablas. “Las sensaciones después de ganar la primera prueba del año son muy diferentes de cuando gané aquí en Lanzarote en 2022. Aunque el resultado es idéntico, han sido dos regatas completamente diferentes. Y es que de un año a otro he notado una gran madurez en cuanto a la preparación, en todos los aspectos, tanto deportivos como físicos, psicológicos, de técnica y táctica”, reconoce la hispalense.
Lo tiene claro la regatista del Club Náutico Puerto Sherry, que fiel a su forma de ser se muestra cauta y consciente de que los verdaderos objetivos están por llegar y de que la temporada no ha hecho sino dar sus primeros balbuceos. Aunque nadie le puede quitar a día de hoy la sensación del trabajo bien hecho. “Sin duda, todo esto significa que en un año de trabajo hemos evolucionado mucho, por lo que no puedo estar más que satisfecha de este logro y paso adelante. Eso sí, este camino es muy largo”.
Mirando al futuro inmediato, en unos días tiene previsto afrontar un nuevo test competitivo con motivo de la Regata Internacional de Lanzarote, que arrancará en la clase iQFoil el martes 14 de febrero. En la misma, la intención de la andaluza no es otra que acumular carga de trabajo en flota en aguas de Playa Blanca.
“Esta segunda regata que tenemos ahora aquí en Lanzarote no es de tanta relevancia para nosotros como los iQGFoil Games de enero, ya que no tienen tanto valor en el circuito. Y aunque también va a haber una participación importante en cuanto al nivel de las inscritas, nos la vamos a tomar más de entrenamiento. De hecho, va a ser una regata más corta, de tan sólo cuatro días, en la que parece que el parte de viento va a ser bastante favorable. Así que, intentando hacerlo lo mejor posible, seguiremos aprendiendo y entrenando los que consideramos puntos débiles que tenemos de cara a las citas importantes de la temporada”.
Sin descartar volver a pelear por lo máximo en esta nueva convocatoria insular, Pilar Lamadrid tiene marcadas en rojo tres grandes citas en el calendario 2023, en el que está llamada a volver a pelear por todo y clasificar a España para los Juegos de París. “Intentaremos llegar otra vez de las series finales, ya sea desde los cuartos de final o directamente a la gran final, con el fin de seguir aprovechando cada oportunidad que nos dan este tipo de regatas. Pero sobre todo la queremos utilizar para aprender y coger experiencia de cara a los grandes objetivos de esta temporada, comenzando por lo que está más cerca, el Trofeo Princesa Sofía de Palma de Mallorca, en abril. Luego llegará el Europeo de mayo en Grecia y el Mundial, que es el último y gran objetivo, en La Haya (Países Bajos) en agosto”.
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