La advocación de la Virgen del Carmen está muy arraigada a Sevilla desde hace siglos, siendo a su vez, una de las más populares de las Glorias sevillanas.
A lo largo del mes de julio, las diversas hermandades que tienen como titular a esta advocación celebrarán actos y cultos durante todo el mes de julio. Por segundo año consecutivo no podrán salir a causa de la pandemia del Covid-19, pero sí podrán celebrarse estos cultos tan especiales del Carmelo.
El pasado año, esta ceremonia fueron de los primeros en llevarse a cabo con una cierta normalidad tras los meses de confinamiento y la vuelta de la apertura de los templos.
Ahora, de nuevo, llega julio, y este mes ha comenzado en Sevilla desde Triana, en la parroquia de Santa Ana.
La Virgen del Carmen preside con un altar magnifico efímero en el presbiterio de la denominada Catedral de Triana hasta el día de la función principal de instituto de la corporación trianera.
La Hermandad de Ntra.Sra. del Carmen, Sta. Madre Teresa de Jesús y Ánimas Benditas, Fundada en 1595, establecida, radicada y donde tiene sus cultos, en la Real Parroquia de señora Santa Ana. Celebra su Función principal cada primer domingo de julio. Después de unos cultos de triduo presidido por el Rvdo. José Miguel Verdugo Rasgo.
La Función principal de Instituto fue presidida y predicada por el Rvdo. Manuel Azcarate Cruzado, Párroco de Santa Ana, en cuyo ofertorio se hizo pública Protestación de Fe Católica.
En los actos litúrgicos, estuvo presente una nutrida representación de la Comandancia de Marina de Sevilla, de la Real Liga Naval Española con su delegado de Sevilla y hermano de la junta de gobierno Jesús Lamia Gómez, la Asociación “Ares” de Reservistas Españoles, la Hermandad Nacional Monárquica, veterano de infantería de Marina, entre otros.
También estuvieron representaciones de la Esperanza de Triana, Madre de Dios del Rosario, Pastora de Triana, así como el delegado de gloria del Consejo de Cofradía Hugo Gentil Carmona, entre otros.
Esta talla de la Virgen del Carmen recibe culto a diario en el altar de ánimas situado en el trascoro y ahora se sitúa en el rincón mayor del templo.