Comienza la tradicional novena en honor a la Virgen de los Reyes, patrona de Sevilla y de su Archidiócesis, que se celebró el primer día 6 de agosto, hasta el próximo martes 14 del mismo mes. El culto más multitudinario de los que en tienen lugar en la ciudad durante todo un año, llegando a albergar con una capacidad máxima de 4.000 personas. Estos cultos litúrgico, empezó a las ocho de la tarde presidido por el arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo, y este año contó con la predicación de Francisco de Borja Medina Gil-Delgado, rector de la basílica de Ntro. Padre Jesús del Gran Poder.
La Virgen de los Reyes ya se posa sobre su paso de tumbilla que presidió la novena, situada delante del altar de Laureano de Pina y flanqueada por San Isidoro y San Leandro, la patrona está entronizada en su paso de palio de tumbilla, donde permanecerá hasta el 15 de agosto, hasta la misa estacional que presidirá después de realizar la procesión de tercias por las gradas de la Catedral en una de las mañanas más esperadas por los sevillanos.
En una imagen poco habitual, la imagen luce el manto rojo de salida para estos días al igual que en su primer besamanos que acaba de finalizar. La infanta María Luisa Fernanda de Borbón, duquesa de Montpensier, donó el denominado «manto rojo» a la Virgen de los Reyes. Bordado en oro, con guardilla y flores, es una obra realizada en el siglo XIX. En la delantera, se encuentra uno de los bastones de alcaldesa perpetua que posee. Además, a sus pies, hay una rosa que donara el cardenal emérito, Fray Carlos Amigo Vallejo, un fiel devoto de la Virgen de los Reyes. Además, lleva la corona de filigrana de oro, de Manuel González Rojas en 1876, utilizado en los dos besamanos, en la novena y en la octava. Una pieza antigua y segunda presea quizás de más valor de la Virgen de los Reyes después de la portentosa joya que luce en su sien cada 15 de agosto.
Este manto será sustituido por el blanco, con cenefa de Castillos y Leones donada por la Reina Isabel II en 1884, que será lucida en su paso de tumbilla para la procesión de tercia por las gradas bajas la Virgen fernandina, en su procesión de agosto.
Al término de la procesión, misa pontifical en el altar del Jubileo y bendición papal por el Arzobispo de Sevilla, Monseñor Juan José Asenjo Pelegrina.
Foto Antonio Rendón Domínguez