En primer lugar, quisiera agradecer el trabajo realizado y el compromiso con el servicio público por parte de D. Antonio Sanz así como su disposición y facilidades en el traspaso de poderes. El traspaso de poderes ha sido, un modelo a seguir. Gracias Antonio.
Señoras y señores, amigos todos.
Pertenezco a un partido que ha sabido dar pasos adelante y que lo ha hecho siempre en beneficio de los ciudadanos.
Eso es innegable.
Un partido que desde hace unas semanas gobierna legítimamente este país. Apostando por un socialismo responsable. Con la Constitución en la mano y para construir una nación más fuerte, más confiada en su esfuerzo y en el talento que posee.
Era necesario fortalecer la política. Recuperar esa confianza en ella era un requisito esencial para una democracia sana. Como la que tiene nuestro país.
Un sistema democrático sólido, capaz y garante de derechos constitucionales.
Creo que no hay tarea más alta para un gobierno que hacer de la Política, con mayúsculas, el instrumento creíble que los ciudadanos utilizan para mejorar su vida y la de su familia.
Casos como el mío son una muestra de ello.
Me educaron en el esfuerzo, en la superación, pero también en la convicción de que, gracias a las políticas públicas, el proyecto de futuro que forjé en mi niñez y en mi juventud, se convirtió, más adelante, en una realidad tangible, en mi proyecto de vida.
Democracia y políticas públicas han hecho posible lo que somos hoy, lo hemos obtenido con mucho trabajo, es cierto, pero jamás hubiera sido posible sin haber encontrado los mejores profesores, los mejores médicos, los mejores profesionales públicos en el camino y todas las administraciones públicas comprometidas con ese objetivo.
Ejemplo de ello son los ayuntamientos. Un poder del estado, esencial en el andamiaje institucional de España.
Mi paso por el Ayuntamiento de Sevilla me hizo valorar el enorme esfuerzo de quienes, desde la primera línea, tienen contacto con las dificultades más acuciantes de los ciudadanos. Y quienes mejor saben que en política hay que sintonizar la ambición con el realismo.
Mi respeto siempre para quienes son la primera mano que encuentran los ciudadanos cuando buscan soluciones.
Tendrán siempre mi mano tendida para ayudar a solucionar sus inquietudes.
Señoras y señores,
Reitero: es verdad, esfuerzo, horas de trabajo, de estudio, sí, pero, sin el impulso de las políticas de equidad social, mi posición de origen, posiblemente no me hubiera permitido dirigirme a ustedes hoy desde este atril con el orgullo y con la honestidad con las que les hablo.
Me erijo en portavoz de todos esos niños y niñas que nacieron en los 70 y los 80 en barrios humildes, de honrados trabajadores y hoy son grandes profesionales y universitarios.
Un sistema de políticas públicas que ha dotado y sigue dotando de igualdad de oportunidades a todos, a aquellos con más o menos recursos o con más o menos capacidades.
Y esto es algo de lo que me siento profundamente orgulloso y, sobre todo, eternamente agradecido.
Por eso señoras y señores, hay que hablar de política.
Porque de esa política, o mejor, de las distintas formas de hacer política, depende que nuestros jóvenes limiten las incertidumbres sobre su destino.
Hay que recuperar la ilusión en la política y la seguridad en lo público. Es esencial tener estos principios, porque son los que garantizan el futuro.
Recuperación y seguridad que son posibles con el esfuerzo colectivo. Es decir, de todos de los que estamos aquí, hoy y ahora.
Sumando somos más fuertes. Sindicatos, empresarios, sociedad civil y, también, Ejército, Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.
Permítanme que me detenga en ellos un momento.
Señoras y señores.
Somos un país de derechos y libertades, cuyo ejercicio cuenta con la firme alianza entre la sociedad y aquellos que velan y garantizan por su seguridad. Sin seguridad no hay libertad.
Contáis con todo mi apoyo, con mi profunda defensa y, sobre todo, con el mayor de los respetos hacia vuestra tarea.
Y sé de qué hablo. Serví durante año y medio en la Guardia Civil, en Baeza, luego fui trasladado a un pequeño pueblo de Guadalajara, Alcolea del Pinar y Montequinto. Lo recuerdo con nostalgia.
Disfruté y aprendí, valores esenciales, para un joven que se estaba iniciando en la vida: disciplina, sacrificio y lealtad. Valores que incorporé a mi vida, forman parte de quien soy y me forjaron como persona.
Disciplina en mi objetivo de mejorar cada día como hijo, como pareja y, sobre todo, como padre.
Sacrificio y firmeza en mi toma de decisiones vitales y profesionales.
Y lealtad a todos aquellos de los que he aprendido en el camino, muchas veces iniciando andaduras con finales inciertos. Citando una letra de Vetusta Morla, lealtad “a todos aquellos que me han visto hacer mi colección de medallas y de arañazos”.
Por eso, desde este principio tan profundo de lealtad, comparto los objetivos que hacen del gobierno andaluz un gobierno sólido y estable en el resto del país. Y en esto quiero que no tengan ustedes ninguna duda.
Los esfuerzos hechos por el gobierno de Andalucía en sanidad, en educación; su fuerte compromiso con la dependencia o con las políticas de impulso e innovación del modelo productivo son un referente para el resto del país progresista y desde luego para el Gobierno de España.
Toca alinear el mejor equipo, y ese equipo, ahora, es el tándem que vamos a construir compartiendo metas, Gobierno de España y Gobierno de Andalucía, con Pedro en La Moncloa y Susana en San Telmo.
De hecho, tomando prestadas las palabras de la Presidenta de la Junta de Andalucía, cuando es el partido socialista el que gobierna en España, a Andalucía le va bien.
Y yo le añadiría además que a España le va también mejor cuando a Andalucía se le deja aportar, a este proyecto común: talento, conocimiento y esfuerzo que va a revertir en todo el territorio español.
La conformación del Consejo de Ministras y Ministros es un reflejo claro de que el Presidente del Gobierno piensa así.
Se ha configurado un gobierno que es fiel reflejo de la mejor España.
Un gobierno de valores, pero también un gobierno de hechos. Leía hace unos días: un gobierno con cabeza y con corazón. Y me gustó porque es la realidad.
Sí, es posible.
La política sirve para cambiar destinos. Sirve para recuperar la sanidad universal, para mostrar la versión más solidaria de un país, o para restablecer la dignidad de nuestra historia más reciente.
La política sirve para explicar y abordar un proyecto de país. Un proyecto europeísta, solidario, social y garante de lo público.
Firme en la defensa de la Constitución, seguro en su apuesta por el diálogo y capaz de generar esperanza.
Un gobierno que cree en la redistribución del crecimiento como antídoto a la desigualdad.
Un gobierno que reconoce la inteligencia, que ejerce la solidaridad y que posibilita que las cosas pasen.
Un gobierno que hace futuro.
Por eso agradezco, con mayor pasión si cabe, la confianza que ha depositado el Presidente del Gobierno en mí, porque es un orgullo representar a un gobierno de estas características y además hacerlo en mi tierra, a la que conozco y amo.
Señoras y señores,
Entiendo el servicio público sólo desde la lealtad institucional. Una lealtad que debe viajar siempre con billete de ida y vuelta. Sin equipo nunca he sabido jugar. Siempre conjugué mejor el plural. Quienes me conocen, lo saben.
Somos un único proyecto.
Voy concluyendo.
Soy apasionado en todo lo que hago. Decía Lorca, la poesía no quiere adeptos, quiere amantes. Me siento reflejado en esta cita.
Abordo la vida, mis compromisos y el servicio público de esta manera. Por eso, con esfuerzo, compromiso y persistencia inicio hoy mi trabajo de servidor público en esta Delegación.
Termino. Y lo hago con mi familia, mis padres, mi mujer y mis hijos.
Sé que nos restaremos horas, pero también sé que cuento con ese cariño vuestro y esas sonrisas. Inicié mi boda con una canción de Sabina “Que el corazón no se pase de moda”. Y, por supuesto, no lo hará.
Señoras y señores,
Hoy comienzo con ilusión, honestidad y dedicación mi trabajo en esta Delegación que espero sea en beneficio de todos los ciudadanos y ciudadanas.
Y como decía Caballero Bonald, seguiré siendo únicamente mi libertad y mis palabras.
Muchas gracias.