San Antonio de Padua a quien León XIII lo llamó “El Santo de todo el mundo” porque su devoción es universal, nació en Lisboa en el siglo XII, concretamente en el año 1195, se le conoce como San Antonio de Padua porque fue en esta ciudad italiana donde falleció y donde aun se venera sus reliquias.
Uno de los Santos junto a San Francisco de Asís, más representados en la iglesia católica.
El Santo de Padua es representado sin barba, portando un Niño Jesús, con hábito marrón y cordón de tres o cinco nudos y el rosario a la izquierda es como más suele verse. Con un libro, por la sabiduría y enseñanza, el lirio, símbolo de pureza, el corazón en llamas, llamas de amor y fe y el crucifijo.
Previamente a la salida del día de su onomástica dio comienzo la Solemne Fusión en honor del Santo italiano de Padua con una iglesia abarrotado de fieles presidida y predicada por Fray Adolfo Díaz Bartolomé, Guardián del convento de San Buenaventura de Sevilla, Una vez terminado los actos litúrgico, se repartieron los bollitos de San Antonio a toda la feligresía y los devotos del Santo y el beso de la Reliquia.
Desde la Iglesia Conventual de San Antonio de Padua de la calle San Vicente, 91, partió el cortejo de la procesión del Santo, bajo un baldaquino dorado, con cuatro columnas que cobijaba al beato , colgaba dos pequeños bollos de pan con lazos de color marrón.
El exorno floral llevaba claveles lisiantum, flores antirrhinum, margarita y panícula todo ellos blanco como la pureza del santo. Al mando del martillo la familia Ariza, que se encargó de lleva el paso de San Antonio al son musical de la Banda de la Centuria Romana Macarena en su recorrido por las calles de la feligresía de San Lorenzo con motivo de su festividad.
Foto Antonio Rendón Domínguez.