· 5 actores interpretan a 24 personajes en esta trepidante road-theatre (road-movie en el teatro), un falso vodevil que se monta por primera vez en España
· ‘La Estupidez’ está dirigida por Fernando Soto y protagonizada por Acosta y Perea junto a Ainhoa Santamaría (‘Isabel’), Javier Márquez (‘Arrayán’) y Alfonso Mendiguchía. Los cinco actores interpretarán a 24 personajes en este falso vodevil con forma de road-movie
La Estupidez invade del 16 al 19 de febrero Sevilla con cuatro únicas funciones en el Teatro Lope de Vega, en lo que es la última oportunidad de ver esta obra única en Andalucía.
Ésta es la segunda producción de la Compañía Feelgood Teatro, tras la propia Feelgood que recaló en el teatro Lope de Vega de Sevilla en 2015. La Estupidez ha pasado ya por A Coruña, Logroño, Pamplona, Vitoria, Santurce, Avilés, el FIOT de Carballo, Córdoba, Las Palmas, Tenerife, Madrid, Marbella, Martos, Málaga, Jerez, Puerto de Santa María, Miranda de Ebro y Festival de Teatro de San Javier (Murcia), donde ha cosechado gran éxito de público y crítica.
La crítica ha dicho:
“Orquestados por Fernando Soto, Coll (qué vis cómica la suya), Fran Perea, Toni Acosta, Ainhoa Santamaría y Javier Márquez completan un ejercicio de transformismo espléndido, no fallan un pie en cien folios de texto picado, dan a cada personaje un carácter nítido, encadenan ahora carambolas risueñas y abiertamente humorísticas y consiguen al cabo que, aunque el texto sea puro divertimento, sintamos que valió la pena pasar la tarde con ellos”.
Javier Vallejo, El País
“La risa, la carcajada de esta obra es una risa ácida; este mundo poblado de timadores, ladrones, desleales y canallas, es una mierda y solo se mueve por el dinero y la ganancia. Pero ocurre que La estupidez cuenta con una interpretación magnífica en el registro del vodevil enloquecido. Cinco intérpretes para dos docenas de personajes”.
Javier Villán
“Una obra imprescindible. Por todo. Por un texto espléndido. Por cómo integra ese componente fantástico dentro de una comedia negra profunda. Por la sensación de ‘he visto algo tremendo’ y cómo se te queda dando vueltas una vez has salido del teatro. Por una puesta en escena ajustadísima. Por un juego interpretativo muy difícil de ver.