Clausurada la exposición Anna Radix Uberrina, un certamen que intentó explicar la historia de la parroquia de Santa Ana en su más de siete siglos y medio a través del arte.
Santa Ana siempre ha sido un referente de la devoción y del arte religioso. En sus diferentes representaciones., triplex, con San Joaquín y con la Virgen Niña constituyó un tema de gran éxito en la imaginaría sevillana de los siglos XVII y XVIII, y sobre todo, en el coro pueden presenciar una selección de las mejores tallas de Santa Ana, de un valor incalculable.
El techo de palio de la Virgen de las Angustias de la Hermandad de los Gitanos de Sevilla, inspirada en la imagen titular de la parroquia donde fue fundada, preside este área expositiva compuesta por una selección de imágenes del siglo de oro del barroco sevillano desde Roque Balduque hasta Roldan y algunas precedentes cedidas temporalmente para la exposición que se completa con una muestra de la pintura barroca sevillana sobre el mismo tema restaurada y una selección de la delicada y muy antigua orfebrería parroquial dedicada a sus cultos, que pone el amplio testimonio de esta devoción . Como el Acetre e hisopo, siglo XVI , bandejas, del siglo XVII demanda de la esclavitud de Santa Ana S.XIX o la Cruz Parroquial de Tomas Sánchez Reciente del año 1746, o en la vitrina del archivo parroquial, el libro del Coro Mudéjar S.XVI , libro de Bautizo de Morisco S. XVI, libro de reglas de la Hermandad de Santa Ana S. XVII o Bandeja Hispano Americana S. XVI.
También restaurada el órgano y sillería del Coro, la custodia de Osorio del 1728 que procesiona por las calles de Triana en el Corpus Chico.
En cuanto a la pintura en la exposición el Poliptico de Santa Catalina S. XVI, Alegoría de la Inmaculada de Juan de Roela S. XVI-XVII. Santa Ana, San Joaquín y la Virgen Niña de Juan Espinal S. XVII. La Resurrección de Jesús, San Cristóbal y San Martín de Alonso Vázquez del año 1590 . Pintura de la Virgen de la Rosa de Alejo Fernández, del año 1520 . Santa Ana y la virgen María, la Purificación, el Bautismo de Jesús, Desposorio de María de Tomás Martínez discípulo de Murillo del año 1685.
Sin duda una de las estrella de la exposición es la restauración de la lauda sepulcral de Iñigo López, fechada en 1503, primera obra documentada de Francesco o Francisco Niculoso Pisano de la localidad Italiana de Pisa, fue un ceramista y azulejero afincado en el barrio sevillano de Triana.
Fotos Antonio Rendón Domínguez