Francia-Alemania, 2014 Director: Volker Schlöndorff. Guión: Volker Schlöndorff y Cyril Gely, sobre la obra teatral de Cyril Gely. Fotografía: Michel Amathieu. Música: Jörg Lemberg. Actores: André Dussollier, Niels Arestrup, Robert Stadlober, Paula Beer, Burghart Klaußner, Charlie Nelson, Jean-Marc Roulot
En 2014 ha cumplido 75 años, y sigue en plena forma. El alemán Volker Schlöndorff es uno de los nombres ya legendarios del cine europeo y mundial, aunque en las últimas décadas sus largometrajes se hayan ido espaciando más en el tiempo (también ha hecho algunos parones para abandonar la ficción y adentrarse en el género documental). Desde que saltó a la fama internacional con " El honor perdido de Katharina Blum" (1975) y ganó el Oscar con "El tambor de hojalata" (1979), Schlöndorff se ha preocupado constantemente de plasmar en su cine la idiosincrasia germana y bucear con intención autocrítica en los temas más espinosos de la historia de su país, entre ellos la barbarie hitleriana. El nazismo está muy presente en varios de sus títulos: además de "El tambor de hojalata", "El ogro" (1996), "El noveno día" (2004) o su penúltima película, "Calm at Sea" (2011), que precisamente también habla de la resistencia francesa.
En "Diplomacia", se apoya en un texto teatral que, a su vez, recoge una historia verídica: el plan que tenían los nazis para destruir París antes de abandonarla, cuando la guerra ya estaba perdida ante el avance de las tropas aliadas. La historia comienza cuando ya están colocadas todas las cargas explosivas en puntos estratégicos de la ciudad: los puentes, el Louvre, Notre Damme, la Torre Eiffel, la Plaza de la Concordia, el Arco del Triunfo,... el deseo de Hitler en su huida es que París quede tan arrasada como Berlín. Y todo está en las manos del gobernador militar de la capital francesa, un general alemán que recibe una inesperada visita: el cónsul de Suecia que se presenta en su despacho para hacerle desistir de sus planes.
"Diplomacia" es una de esas películas que transcurre casi enteramente en un único escenario y sólo dos actores (el resto del reparto y localizaciones son episódicos y casi innecesarios en la trama). Lo que cuenta es el duelo entre dos personajes en el que la salvación de París depende de la habilidad del diplomático para convencer al militar que está obligado a cumplir una orden aberrante. Y en ese diálogo está el valor principal de este filme, junto con las dos grandes interpretaciones de André Dussollier y Niels Arestrup; es la dialéctica frente al sinsentido, la belleza de una ciudad ante la atrocidad de una guerra, el amor por Paris frente al capricho malsano de Hitler.
Schlöndorff sabe mover la cámara con habilidad en ese espacio reducido, y aunque el planteamiento delate su origen teatral, todo está narrado con un buen pulso cinematográfico, rara vez asoma algo de artificiosidad del texto original y Schlöndorff consigue atraparnos y seducirnos con los razonamientos de cada una de las partes. "Diplomacia" no es una cinta redonda, ni pasará a la historia como un título cumbre de su autor, incluso tiene el handicap de que conozcamos el final de la intriga (sabemos que París no será destruida). Pero posee suficientes atributos y aciertos para mantener el interés durante hora y media y emocionarnos en algún que otro momento con este duelo en el que la palabra, como suele ocurrir, es mucho más poderosa que la espada.