Saving Mr. Banks. USA, 2013 Director: John Lee Hancock Guión: Sue Smith y Kelly Marcel Fotografía: John Schwartzman Música: Thomas Newman Intérpretes: Tom Hanks, Emma Thompson, Colin Farrell, Paul Giamatti, Jason Schwartzman, Bradley Whitford, Ruth Wilson, B.J. Novak, Rachel Griffiths, Kathy Baker.
20 años detrás de un libro para convertirlo en película. Eso es lo que tardó Walt Disney en cumplir el sueño de Mary Poppins, tras varias negativas de la autora de los libros, la australiana Pamela Lyndon Travers, hasta que la escritora afincada en Londres atraviesa por un mal momento económico y da su brazo a torcer por 100.000 dólares de la época. Acepta viajar a Los Ángeles para ceder los derechos de su obra, pero con la condición de supervisar el guión.
A partir de ahí, lo que nos cuenta Al encuentro de Mr. Banks es el tira y afloja entre dos personalidades muy fuertes. Ella es una inglesa estirada y grosera, con la vida amargada y obligada a que conviertan su obra en una película de Disney, aunque no quiere saber nada de números musicales ni dibujos animados (No quiero que la convierta en uno de sus tontos dibujos animados, le suelta al creador de Mickey Mouse); por otro lado, él es un niño grande que desea que sus empleados le llamen Walt (que nadie le diga Sr. Disney), siempre con una sonrisa amable y el brillo y la ilusión en sus ojos.
Y por debajo de esa tensión entre los personajes (magníficos Emma Thompson y Tom Hanks), está la historia íntima y personal de la infancia de la escritora, sucedida en Australia y narrada a lo largo de varios flash-back. La clave de Mary Poppins está en el Sr. Banks, el padre banquero que apenas tiene tiempo para sus hijos, de mente cerrada ante infantilismos y que nada quiere saber de la magia y el encanto de la nueva institutriz. El relato de Mary Poppins gira en torno a la redención del Sr. Banks (el título original de esta cinta es Saving Mr. Banks), estableciendo un paralelismo entre el padre de la película y el padre real de la escritora, a quien no pudo salvar del alcohol que le acabó matando cuando ella tenía siete años.
Todo acaba convirtiéndose en una preciosa historia sobre el perdón y la reconciliación, exorcizando demonios interiores y consiguiendo que una película restaure la realidad con la imaginación. Divertida, amable y muy emotiva (para soltar más de una lágrima), Al encuentro de Mr. Banks también es un canto de amor al cine y a su legendaria fábrica de sueños. Para los adoradores y nostálgicos de Mary Poppins, hay momentos deliciosos, como el principio de la cinta con los acordes del Chim Chim Cheree, o ver a los hermanos Sherman (Richard y Robert) componiendo canciones tan recordadas como Con un poco de azúcar.
Para la historia real queda la verdadera personalidad de Pamela Lyndon Travers y la nula relación cordial que tuvo con Walt Disney; casi nada ocurrió de la forma en que nos lo cuentan, pero estamos en una película Disney, la productora que dulcificó libros libros tan tremendos como los de Pinocho y reinventó a la propia Mary Poppins. Esta cinta bien podría llamarse Saving Mrs. Travers, ya que le da a la escritora una humanidad que nunca tuvo en la realidad.