Hoy, a treinta y uno de agosto, me está sonando aquella melancolía magistralmente descrita por Antonio Mercero con unos niños en bicicleta por las calles de Nerja. Hoy que España regresa de sus playas, quizás vuelva de alguna una pintora como Julia, con el coche lleno de maletas vencidas por la puesta de sol más triste, mientras la luneta trasera le va coloreando al girarse un cuadro de nostalgia y despedidas, de faro y de mar, de Bea y de Pancho, de dorada y Chanquete, de Piraña y de Javi, mientras el Dúo Dinámico lo borda en nostalgia: El final del verano llegó y tú partirás .
Se ha ido Carlos Larrañaga en el verano en el que se han ido Juan Luis Galiardo, José Luis Uribarri, Sancho Gracia, Paco Morán, Aurora Bautista Este verano de luneta de atrás que va dejándonos el espejo retrovisor del tiempo lleno de una luz baja y rojiza de viejos fulgores que dicen adiós por el horizonte.
Yo no sé hasta cuándo este amor recordarás
Este amor es de los que se recuerdan siempre, Carlos Larrañaga, desde la emoción de tantos momentos familiares frente a la tele, contigo de galán insuperable en tantas escenas de conquistas irresistibles.
Dime, dime, dime, dime amor, dime, dime que es verdad lo que sientes en tu corazón, si es amor en realidad -
Es amor en realidad, Carlos Larrañaga, el que guardo desde niño en mi álbum de cromos de famosos de la televisión en el que salías tú. Aquel álbum que me compró mi madre en 1965 en un kiosko de madera de la Plaza de San Pedro. En la infancia de aquellos años era normal coleccionar estampitas. Y la media hora de los recreos en el colegio San Francisco de Paula era la idónea para cambiarnos las repes.
-¿El Santo? No lo tengo, te lo cambio por Embrujada.
La vida fue entonces un álbum Maga lleno de Vida y Color. Y dejó en mi tiempo de niño uno de los olores más penetrantes de la memoria: el del pegamento Imedio. La de cromos de Ciencias Naturales, de futbolistas o de figuras del cine y de la pequeña pantalla que una generación habremos pegado con el bote de Imedio.
Busco hoy en mi viejo álbum regalo de mi madre la estampita de Carlos Larrañaga al lado de la de María Luisa Merlo. Es un álbum que se va quedando sin ellos en la vida, sin esa gente fantástica de la televisión que empezaba en España, esa gente fascinante de un mundo raro, el de los artistas, esa gente entrañable de las series, las telenovelas o los Estudio 1. Es ahora esa gente que se te va alejando por el desvaído tono de un cromo de los años sesenta, casi la única manera que teníamos de ver en color a los que salían en blanco y negro.
Mi álbum parece irse llenando de estampas despegadas en la metáfora de los astros queridos que, como Carlos Larrañaga, nos van dejando.
Por más feliz y enamoradizo que se pueda ser en los meses del estío, siempre acaba por llegar el final de un verano azul con la canción del Dúo Dinámico. Y, siempre también, un coche de regreso, por el reflejo de sus cristales, va despidiéndose poco a poco de una playa inolvidable que deja eterna e inseparablemente unidas su arena y nuestra vida.