A gritos de Messi, Messi, Messi fue recibido Cristiano Ronaldo en el aeropuerto de Sarajevo (Bosnia). Todo vale con tal de sacar al crack madridista de sus casillas. Portugal y Bosnia- Herzegovina se juegan a un boleto la clasificación a la Eurocopa y es en momentos como éste cuando las triquiñuelas, algunas de mal gusto, cobran su importancia.
La eterna comparación con el argentino le persigue allá por donde va, incluso cuando el rival no es ni Argentina ni el Barcelona. Los aficionados bosnios han seguido el ejemplo de los chipriotas que consiguieron colmar la paciencia de Ronaldo, a los que tildó de anormales. Calificativo celebre como el que protagonizó Guti en Castellón cuando llamó paletos a los aficionados del Villarreal. Aquella escueta frase persiguió al de Torrejón toda su carrera y Ronaldo va por los mismos derroteros.
El siete es siempre el foco de atención tanto por lo bueno como para lo malo. Ha modificado normas de conducta para evitar este tipo de situaciones, pero su fama le precede. Presumir de guapo, rico y bueno, gesticular en exceso sobre el césped o recurrir a gestos técnicos fuera de lugar provoca que cuando juega a domicilio los aplausos se conviertan en silbidos o abucheos.
Le motivan y sonríe irónicamente cuando los escucha, pero con lo que no puede son los con los punteros láser. En el entrenamiento en el campo de Zenica, los pocos aficionados de las gradas se divirtieron increpándole con la lucecita y a cambio les dedicó una peineta.
Por si fuera poco, Portugal solo pudo sacar un empate a cero frente a Bosnia, lo que deja el pase a la fase final de la Eurocopa 2012 por decidir en territorio luso. El estado del terreno de juego del Bilino Polje de Zenica beneficio a los bosnios, quienes deberán hacer un gran partido en la vuelta si quieren estar el próximo verano en Polonia y Ucrania.