El 14 pasara de nuevo por el quirófano para operarse de colon.
El torero José Ortega Cano ha sido citado la el próximo 9 de septiembre para declarar ante el juez en calidad de imputado por el accidente de tráfico en el que perdió la vida Carlos Parra, vecino de Castilblanco de los Arroyos. Los abogados de la víctima habían solicitado hace unas semanas que esta citación se produjera cuanto antes, al considerar que el diestro ya estaba en condiciones para prestar declaración.
No obstante, la defensa del imputado alegó que Ortega Cano más tiempo, pues el día 14 de septiembre tiene prevista una intervención quirúrgica.
El accidente se produjo cuando el vehículo que conducía el torero se salió de la vía y chocó contra el turismo que conducía la víctima, que se dirigía a su lugar de trabajo. Los informes de la investigación apuntan que Ortega Cano conducía bajo los efectos del alcohol y a una velocidad excesiva para este tipo de carretera.
El juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla, que investiga el accidente ocurrido el pasado 28 de mayo en la carretera A-8002, en el que murió Carlos Parra Castillo, ha citado a declarar como imputado para el próximo 9 de septiembre al torero
La citación como imputado del diestro se produce poco después de que la Unidad de Reconstrucción de Accidentes de la Guardia Civil haya entregado en el juzgado su informe pericial sobre el accidente, en el que concluye que el turismo del torero circulaba a 125 kilómetros por hora en el momento del impacto, una velocidad superior a la legalmente permitida en esa vía y que era de 90 kilómetros por hora. Por su parte, el vehículo que conducía la víctima, Carlos Parra, circulaba a una velocidad aproximada de 50 kilómetros por hora.
El informe de la Guardia Civil, concluye que el siniestro se produjo por una invasión del carril contrario por parte del turismo Mercedes R320 que conducía Ortega Cano. En cuanto a las causas del accidente, según los expertos de la Guardia Civil, el mismo se debió a una "distracción o desatención" del torero que pudo deberse a la ingestión de bebidas alcohólicas.
En concreto, el peritaje concluye que "una vez localizado el punto aproximado de invasión del carril de sentido contrario por parte del vehículo Mercedes Benz (de forma progresiva y sin maniobras bruscas), se está en disposición de afirmar que el motivo que pudo haber provocado la citada invasión pudiera ser una distracción o desatención en la conducción por parte de su conductor, provocada posiblemente por la intoxicación etílica en la que se encontraba, ya que en el momento de iniciar la ocupación del carril contrario había recorrido parte del tramo curvo previo circulando por su carril", asevera el documento al que tuvo acceso Diario de Sevilla.
El análisis de la muestra de sangre extraída al torero varias horas después del siniestro, a su ingreso en el hospital Virgen Macarena, reveló que presentaba una tasa de alcoholemia de 1,26 gramos de alcohol en sangre, lo que supone que el ex matador casi triplicaba la tasa permitida por la legislación vigente, que es de 0,50 gramos por litro en sangre.
Los peritos basan el informe oficial remitido al juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla en la inspección ocular realizada en la carretera donde se produjo el siniestro y en el estudio de los daños que sufrieron los vehículos implicados, los restos de frenada, así como los vestigios y marcas hallados en la calzada. Todos estos datos han sido analizados mediante avanzados programas informáticos para la reconstrucción de accidentes de tráfico y como resultado se han obtenido las velocidades aproximadas en el momento del brutal impacto.
En cuanto a la responsabilidad del accidente, el informe es contundente al apuntar directamente a la "distracción o desatención" del torero como la causa principal de la invasión del carril. Esa distracción, continúa el documento oficial incorporado a la causa, se debió posiblemente a la "intoxicación etílica en la que se encontraba, ya que en el momento de iniciar la ocupación del carril contrario había recorrido parte del tramo curvo previo circulando por su carril".
Los agentes del Equipo de Reconstrucción de Atestados, que se desplazaron a Castilblanco de los Arroyos en junio pasado para llevar a cabo una inspección ocular, señalan que, aunque el accidente se produjo de noche, sobre las 22:30, no había ninguna "obstrucción visual achacable a la vía". El informe pericial completo, que tiene 54 páginas, pone de manifiesto que los dos conductores implicados en el siniestro tuvieron al menos un área de visibilidad de unos 120 metros antes del punto de colisión, por lo que ambos conductores "tuvieron la posibilidad para percibir recíprocamente y por el sentido de la vista, el haz de alumbrado emitido por los proyectores del vehículo contrario circulando por el mismo carril". Esto permitió, continúa el informe, que al menos Carlos Parra pudiera percibir el "peligro" ante el inminente impacto. Dicen los expertos de la Guardia Civil que la víctima llegó a realizar incluso una maniobra evasiva, haciendo un leve giro del volante hacia su derecha y disminuyendo posiblemente la velocidad, pero no pudo evitar la colisión.
El informe describe igualmente con exhaustivo detalle los graves desperfectos ocasionados en ambos vehículos y que también han sido tenidos en cuenta a la hora de calcular las velocidades. Para la realización de este informe, los agentes reconstruyeron el accidente mediante un método de trabajo que consiste en analizar el orden inverso a la secuencia del siniestro, por lo que se parte de la posición final de ambos vehículos. El informe depositado en el juzgado de Instrucción número 9 de Sevilla incluye un DVD con una reconstrucción tridimensional del accidente, en la que se analizan las distintas fases del mismo y las posiciones de los vehículos implicados antes, durante y después del impacto.