La caries es la enfermedad crónica más frecuente en los niños, con una prevalencia cinco veces superior a la del asma. La frase corresponde a Julián Aguirrezabal, presidente del comité organizador de la XXXIII reunión anual de la Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) que se celebrará en el Hotel Carlton de Bilbao durante los días 19, 20 y 21 de mayo de 2011. Habida cuenta esta incidencia y que se trata de una enfermedad infecciosa y transmisible, Julián Aguirrezabal entiende que la salud dental debiera entrar sin cortapisas en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud.
A este efecto, la odontopediatría considera que, en líneas generales, el plan PADI, que comprende la salud dental de niños de entre 7 y 14 años, es a todas luces obsoleto. En este sentido, hemos detectado una desatención dental por parte de la Administración. Es más, el especialista subraya la necesidad de realizar la primera revisión dental del niño al año de edad, manteniéndose una revisión periódica cada seis meses. Los progenitores han de ser conscientes de la importancia de estos cuidados, puntualiza Julián Aguirrezabal, quien maneja datos preocupantes. En EE.UU. la crisis ha provocado un 30% de desatención dental. A falta de estudios concretos, la percepción es que la tasa es más elevada en España.
A la hora de reivindicar el papel de la Odontopediatría, Aguirrezabal recuerda que los especialistas de este ramo están entrenados para aplicar técnicas de última generación en los niños sin provocarles dolor, disminuyendo la ansiedad que les provoca la visita al dentista y con la máxima seguridad. Se trata de una especialidad cualificada. Recuerda el especialista que la caries en edad temprana produce una pérdida de piezas que se traducen en una pérdida de espacio y malformaciones en la boca de los más jóvenes, por lo que es necesario realizar un trabajo de prevención. Desde esta percepción, Julián Aguirrezabal considera que la función del cepillado dental está en remover las bacterias cariógenas adheridas a la superficie del esmalte. El cepillado es un factor protector, pero no el primero ni el más importante. Por delante se encuentra un flujo salival normal, agua con flúor en la bebida, llevar una dieta no excesivamente rica en azúcares y mantener una anatomía dental adecuada y un número no excesivamente alto de bacterias cariógenas en boca. En lo que se refiere al carácter transmisible de la caries, el experto atestigua que antiguamente se creía que era hereditaria, porque se daba siempre en las mismas familias. Hoy sabemos que lo que se transmite a través de la relación familiar de padres a hijos, con los besos, la saliva, etc. es la composición bacteriana de la placa dental. Así, si los padres tienen unas bacterias cariógenas muy agresivas, las pasarán a sus descendientes. Las bacterias cariógenas, que suponen el 20 % de la flora oral, el consumo de azúcares y la disfunción salival por causas como la toma de medicamentos o enfermedades sistémicas, son factores que provocan su aparición.