Como consecuencia de la repercusión mediática que mis declaraciones de ayer, martes día 8 de marzo de 2011 en Huelva, tras la declaración de Isabel García a presencia judicial han tenido; creo necesario aclarar:
1º. Tras mi intervención requerido por los medios a las puertas de la Audiencia de Huelva, don Juan José Cortés me pidió que las rectificara por estimarlas inadecuadas. De no hacerlo prescindiría de mis servicios como letrado del acusador particular. No acepté.
2º. Desde el comienzo de mi trabajo con don Juan José Cortés y doña Irene Suárez dejé claro ante ellos y un testigo de prestigio ajeno a la familia, que aceptaba tal encargo profesional desinteresadamente. Era y es mi homenaje a Mari Luz Cortes Suárez, cuya vida y dignidad fue destruida por unos miserables a quienes he acusado ante un tribunal de justicia. Esa actitud permitirá a Mari Luz saber que a su letrado se le sigue partiendo el alma al sentir que no saboreará chucherías en ningún kiosko del Torrejón.
3º. Soy un letrado de infantería que discurre por las calzadas de la Ley de Enjuiciamento Criminal a la luz de la Constitución. Ellas prohíben obtener por vías torticeras declaraciones que solo deben prestarse ante los jueces y con respeto a las normas. Y que todo lo que no fuere esto, debería estar condenado por los Tribunales. Eso es lo que dije ayer. Eso es lo que digo hoy.
4º. Tengo presentes dos máximas de don Miguel de Cervantes que me permiten caminar, en paz y sonriente, en medio del barullo mediático "Ladran luego cabalgamos, amigo Sancho".