La atleta palentina le aseguró a Jesús Quintero que nunca ha tomado ni una copa.
El periodista Jesús Quintero, productor y presentador del programa 'Elgatopardo', ha recuperado unas declaraciones que le hizo hace unos meses la atleta palentina Marta Domínguez y que han sido emitidas por Canal Sur Tv en la noche del 15 de diciembre. Marta Domínguez, la mejor atleta española de todos los tiempos, está presuntamente implicada en la operación 'Galgo' contra el dopaje en el deporte. Antes de que estallara este escándalo, la reina del atletismo nacional confesó su miedo al fracaso, el miedo a que las piernas no le funcionaran; cómo ya en 2004 su cuerpo no podía más, pero que quería seguir hasta los Juegos de Londres para no quedarse con la frustración de sus fracasos en las Olimpiadas. Ese ansia por las medallas y la corona de laurel se ha trocado ahora en una corona de espinas y en un calvario.
Marta Domínguez le dijo a Jesús Quintero: "Yo siempre digo que llevo una vida monacal. Vivo para el atletismo, vivo para trabajar y vivo para cuidarme y para estar lo mejor siempre que he podido salir a la pista". Y cuando Quintero le preguntó si siempre había vivido así, con una vida de monja, la atleta se ratificó en su respuesta: "Siempre". El periodista le insistió: "¿Ni una copa?". Marta Domínguez jugó al equívoco en su respuesta: "Cuando corres muchas intentas ganarlas todas". Quintero concretó más y relacionó la palabra copa con la palabra borrachera, a lo que la campeona respondió: "En mi caso, nunca. Yo soy una persona que tiene las ideas muy claras, y cuando quiero hacer las cosas muy bien pongo todo de mi parte o no lo hago. Entonces creo que, bueno, creo que una copa de vino es buena de vez en cuando. Yo ni lo he probado, no vaya a ser que me guste demasiado y me vaya por otro camino: Pero bueno, he podido vivir sin ello, sin el alcohol, sin los malos vicios entre comillas, que una persona joven podría probar, y es lo que realmente funciona para que tu cuerpo funcione como es debido".
En esa línea de mostrarle las tentaciones de la vida, el periodista le expone que a él los futbolistas le dicen que cuando tienen 27 ó 28 años tienen ganas de tomarse un güisqui. Marta insiste en su vida monacal, alejada de cualquier sustancia prohibida o perjudicial, como podría ser el alcohol: "No, yo un whisky no tengo ganas de tomármelo. Pero tengo ganas de vivir tranquila. Hace 5 años, en el 2004, cuando fueron los Juegos Olímpicos de Atenas, yo ahí quería haber colgado las zapatillas ya. Estaba un poco quemada de cabeza, físicamente ya mi cuerpo no podía más, pero un mes antes de los Juegos Olímpicos me lesioné, me rompí un tendón, y no pude ir a los Juegos Olímpicos. Yo dije que si ahí conseguía algo interesante, pues me retiraría.
¿Qué pasó? Pues que no pude ir a los JJOO, y estuve un año parada totalmente, porque me operaron un año en Barcelona, en rehabilitación, en el centro de alto rendimiento, y eso me dio cuenta para darme cuenta de lo que a mí me gustaba, de lo que a mí me hacía feliz, y lo que me hacía sentir viva. Cargué pilas, y hasta ahora, desde el 2004, estoy fenomenalmente bien, estoy con ganas de seguir disfrutando. Pero espero porque me volverá a pasar, que volverá otra vez el momento de cansarme psicológicamente y de cansarme físicamente. Me gustaría llegar al Londres 2012. Es mi sueño quitarme la espina de las veces, de todas las veces en los JJOO que lo he hecho fatal. Por unas razones o otras, no he ido, me he puesto mala, que si era muy jovencita, que si me he caído. Todas son excusas que a mí no me valen, porque yo no soy una mujer de excusas, pero me gustaría en Londres sacarme esa espina que tengo hace años".
Jesús Quintero le plantea entonces cómo soporta el sufrimiento sobre una pista de atletismo, a lo que Marta Domínguez responde que cuando compite, para ella es un alivio. El problema radica "cuando entrenas día a día, cuando entrenas 6 veces a la semana, dos veces al día. Son 12 sesiones semanales, y entrenas para trabajar tu cuerpo, no entrenas para hacer footing de placer. Entrenas para trabajar, para moldear, para prepararle para la gran competición. Y el sufrimiento ahí día a día es duro". Y la atleta palentina continúa: "Cuando se acerca la competición importante, pues la cabeza, los miedos que me entran, el miedo al fracaso, el miedo a no hacerlo bien, el miedo a que las piernas no funcionen, eso depende de la cabeza. Y cuando controlas la cabeza, pues tienes otro puntito más".
Marta Domínguez dice creer que todavía no conoce sus límites físicos: "Me gustaría, me gustaría no conocerlo. Sobre todo porque eso me daría más fe para seguir. Porque si alguien me dice: has llegado a la máximo, pues yo me retiro. Pero si puedo dar un poquito más, tengo que sacarlo".
Y ese "poquito más" cree la atleta que puede sacarlo, conforme a estas palabras: "Creo que sí, porque estoy en una prueba donde llevo un año únicamente, donde queda mucho por mejorar, mucho por hacer. La técnica de vallas la tengo que seguir puliendo con César Pérez, y él es quien me va a ayudar a mejorar lo que queremos".
Y cuando Jesús Quintero le pregunta si ella maneja su cuerpo como el ladrón la caja fuerte, Marta Domínguez contesta lo siguiente: "Me gusta tenerlo controlado todo: mi cuerpo y mi entorno".