El pasado día 8 de mayo tuvo lugar en el patio de el bar El Chusco el VII pregón de las Cruces de Mayo a cargo de Joaquín Ramón Gómez Calvillo, alcalde de la bonita localidad serrana de Benamahoma, organizado por la Asociación de Belenistas " Cepionis " y por el Ayuntamiento de Chipiona. A dicho acto acudieron las autoridades locales, D. Manuel García Moreno, alcalde de Chipiona así como las concejalas de Participación Ciudadana, de Cultura, Seguridad Ciudadana y de Ciudadanía
Entre otras personas que arroparon al pregonero se encontraba el alcalde de Prado de Rey Fernando Pérez castillo y representantes de las dos hermandades locales así como el hermano mayor de la hermandad del Rocío, amigos y familiares que no dudaron en ningún momento ofrecerle grandes aplausos y apoyo a lo largo de su oratoria.
Joaquín Ramón estructuró su pregón en tres partes, correspondiendo la primera a describir el signo de la cruz, su historia y la vinculación con Andalucía, convirtiéndose esta en símbolo permanente de nuestra cultura y fe. La figura de María como madre ejemplar ocupo un lugar principal dentro de su pregón comparada con nuestras mujeres y madres ante el amor al hijo. La voz incomparable de Antonio Martin emociono al público asistente cuando en un homenaje a Miguel Hernández canto nana de la cebolla así como con voz templada y armoniosa interpreto la salve a la Virgen de Regla original de Felipe Campuzano.
Agustín del Moral puso la voz al recuerdo permanente de la chipionera universal Rocío Jurado, interpretando "Que no daría yo por empezar de nuevo" La segunda parte fue emotiva, cariñosa y con toques de humor al describir a cada uno de los personajes que poco a poco y de manera ficticia iban entrando en ese patio para el disfrute de la fiesta de las cruces, Gran parte de las personas asistentes se vieron identificadas y sorprendidas por formar parte del pregón.
La tercera y ultima parte de su pregón, Joaquín hizo un recorrido por todas y cada una de las cruces de mayo existentes en nuestro pueblo así como elogió la procesión de los niños que desde hace 11 años la familia Soto sigue sacando a la calle, no sin antes dejar muy claro que pedía a Chipiona que mantuviese la esencia de pueblo con sus costumbre y tradiciones y que comparada con el marco incomparable de la Cruz del Mar fuese siempre inmensa y hospitalaria como con el habían sido. El coro rociero de la hermandad de Chipiona puso el broche final con sus sevillanas a una bonita e inolvidable noche.