El catalán, hoy en día considerado uno de los dos mejores jugadores del viejo continente (junto con el sobrenatural Nowitzki), acumula 188 puntos y 87 rebotes en sus 8 campañas en la mejor liga del mundo. 2 veces All Star, rookie del año, más de 11 000 puntos en su carrera NBA y más de 1 000 en la post temporada y, desde ayer, campeón de campeones. El primer español en lograr el anillo de la NBA, la Liga que ya es suya por mérito propio.
Allá por 1985, cuando Fernando Martín se convertía en el primer español en disputar un partido en la NBA, pocos podían imaginar que 24 años después, un compatriota suyo se coronaría como campeón de la Liga Americana, ofreciendo, además, un rendimiento estelar. De aquellos míseros 6 minutos de media por partido, distribuidos en los 24 partidos que llegó a alcanzar Martín en sólo un año, nos hemos trasladado a los 584 choques de Liga Regular (únicamente 6 como suplente) y 55 de playoffs de Pau Gasol. El madrileño promedió 09 puntos y 12 rebotes, a pesar de que llegó a EEUU con la vitola de ser el mejor cuatro europeo. El catalán, hoy en día considerado uno de los dos mejores jugadores del viejo continente (junto con el sobrenatural Nowitzki), acumula 188 puntos y 87 rebotes en sus 8 campañas en la mejor liga del mundo. 2 veces All Star, rookie del año, más de 11 000 puntos en su carrera NBA y más de 1 000 en la post temporada y, desde ayer, campeón de campeones. El primer español en lograr el anillo de la NBA, la Liga que ya es suya por mérito propio.La derrota en las Finales del curso pasado ente los renacidos Boston Celtics provocó en los Lakers un clima tal de ansiedad, entendida desde la más estricta obligación por cumplir con el deber, que esta temporada se ha mantenido el mismo bloque de jugadores, convencidos como estaban, a la vista está que acertadamente, de que lograrían resarcirse del subcampeonato de 2008. Aspectos a mejorar: defensa, rebote y espíritu competitivo. No bastaba con tener en el equipo al mejor jugador del mundo y a un entrenador con 9 títulos en el bolsillo. Había que prometer más motivos para la victoria. Y así ha sido. Construyendo el éxito desde la defensa, los Lakers han vuelto a reinar en la NBA 7 años después de su último anillo. Y lo han hecho ante Orlando, un conjunto peligroso, que había eliminado a los vigentes campeones y a los máximos favoritos (esos Cavs del prepotente Lebron), pero que la amargura de dos envites perdidos en la prórroga (sobre todo el cuarto, disputado en Florida), se han erigido como una losa demasiado pesada para, no ya levantarla, si no siquiera moverla un centímetro. El quinto partido, jugado en el Amway Arena, el decisivo, fue una clara demostración de que los Magic ya no estaban para nadie (sólo aguantaron el empuje angelino durante el primer cuarto) y que ya andan pensando en el próximo octubre, mes al partir del cual deberán de refrendar su condición de favorito (ganada a pulso en estos playoffs) en la Conferencia Este.
Mientras tanto, Los Angeles espera engalanada a los nuevos campeones, en contra de las advertencias del Ayuntamiento de la ciudad que insta a unas celebraciones discretas y sin excesos. La ilusión está por encima de la crisis, y más en Hollywood, lugar donde la ficción siempre supera a la realidad. Allí recalaran los héroes del 2009. Un Phil Jackson que, con su décima coronación, se constituye como el verdadero señor de los anillos, dejando (con nueve títulos) en segunda posición al mítico entrenador Celtic Red Auerbach. Un Derek Fisher que vive los últimos años como profesional con el indudable privilegio que supone poder aumentar su palmarés (ya van 4 títulos) en un equipo campeón, su equipo de toda la vida. Recalarán también Odom y Bynum. El primero, habiendo aumentado su disponibilidad y rendimiento conforme han ido avanzando en las series por el campeonato. El segundo, con la tramposa confianza que se conforma alrededor de su persona y que propone más esfuerzo y competitividad para un futuro no muy lejano. Irá también Ariza, cuyos playoffs han demostrado que es un jugador plenamente válido, gran complementario, necesario para seguir pensando en ganador. Volverá el más grande; el MVP de las Finales, su primera distinción individual a estas alturas de la temporada. En sus tres anillos anteriores, ONeal había ostentado el mismo honor. Ahora todo gira en torno a él, él es el indiscutible líder de este grupo; el que debe asegurar que la trayectoria de este conjunto no se trunque a las primeras de cambio. Más de 30 puntos por partido en esta Final, más de 5 rebotes, más de 8 asistencias Más del mejor jugador que ha parido este planeta tras el inalcanzable Jordan. Se le espera el año que viene, cuanto menos, al mismo nivel.
Pero, sobre todo, (teniendo en cuenta nuestros intereses y deseos), regresará a California ese muchacho espigado de 216 de altura y 229 de envergadura que en 2001 emprendió las Américas con el objetivo de llegar algún día a donde hoy se encuentra. 6 años de travesía en Memphis, cosechando decepción tras desencanto, pueden que hayan valido la pena, a la vista de estas dos últimas temporadas, y de cómo ha concluido ésta. Pau Gasol ya puede presumir de entrar en la Historia de la NBA por la puerta grande. 18 puntos y 9 rebotes en los últimos 5 encuentros del año, en esos minutos que exigen la aparición de las estrellas para consagrarse en la gloria. Pau ha lidiado de forma más que satisfactoria con el jugador más fuerte del campeonato (Howard). Pau ha respondido en los momentos claves, allí donde su equipo lo requería. Pau ha alcanzado su sueño y el de muchos españoles más. Pau ha marcado el camino, hoy imitado por algunos de sus compañeros de selección, y Pau ha copado sus aspiraciones. A Pau no le queda nada más por ganar. Pero sí que le resta por hacer algo aún más importante: ser capaz de mantenerse en lo más alto año tras año. La ambición clasifica a los jugadores como buenos, grandes, dominantes y legendarios. Pau, con la inestimable ayuda de Kobe, tiene la oportunidad de aspirar a esta última categoría.