Un desfile perfectamente estructurado y coordinado que empieza mostrando la destreza y exigencia que
Luchi Cabrera se plantea con todos los vestidos que salen de su taller y que termina sorprendiendo cuando
rompe con la pureza de lineas que muestra al pricipio para terminar con unas túnicas sorprendentes construidas con tejidos vaporosos de la máxima calidad.