Santa Ángela de Cruz (1846- 1932), con naturaleza de santa desde los comienzo de su vida fue bautizada en la entonces iglesia parroquial de Santa Lucia, el 2 de febrero de 1846, día de la Candelaria, recibiendo por nombre, María de los Ángeles Martina de la Stma. Trinidad, desde aquel momento comienza Dios, su obra en ella y que con el transcurrir de su vida humilde y ejemplar, al servicio de los más pobres, ancianos y enfermos abandonados, se convertirá primero en una religiosa ejemplar Sor Ángela de la Cruz.
María de los Ángeles Guerreo González, hizo la primera comunión en 1854 y recibe la Confirmación en 1855. En su casa en un ambiente profundamente cristiano, con esa sencillez que da la religiosidad popular, comienza a vivir la devoción a María con el rezo del Santo Rosario y la practica del mes de Mayo, acudiendo en muchas ocasiones, acompañada de su padre al Rosario de la Aurora y su madre Josefa Guerrero, amadrinaba en los bautizos, a los niños del barrio que lo necesitaban.
Al morir su padre, Francisco Guerrero, Angelita a los 16 años de edad, se verá obligada a trabajar y comienza en una céntrica zapatería de la calle Feijoo, donde muestra su virtud y su destreza realizando muy bien su trabajo. Fue siempre humilde y no le gustaba que la alabaran, cuando cumplía su labor.
Ángelita Guerrero conoce al P. José Torres Padilla y se convierte en su confesor, ella acude frecuentemente al Convento de Sta. Paula, donde se confiesa y el gran carisma del P. Torre, va dirigiendo su alma hacia el encuentro con su vocación y en 1865 ayudada por el P. Torres y la joven Angelita, en compañía de su hermana Joaquina, su confidente, acude y llama a las puertas del Carmelo, fundado en Sevilla, por la propia Santa Teresa de Jesús, pero a pesar de su gran vocación contemplativa, alli lo la admiten por no considerarla suficientemente fuerte de salud, para la dureza de la vida carmelitana. Pasan tres largos años que le avivan más aun el fuego de su amor hacia a Dios que, se entrega y se da sin reservas. En 1868 ingresa como postulante en las HH de la Caridad, en el Hospital Central de Sevilla. Su salud la traiciona y es trasladada a Cuenca, por si al cambiar de aires altos le favorece. Dos años más tarde se ve obligada ha dejar definitivamente las Hijas de la Caridad, a pesar de su absoluta entrega generosa dentro de esta congregación. Continúa en su trabajo, hasta que en 1875 decide la fundación de las Hermanas de la Cruz. Al ver a mi Señor crucificado deseaba con todas las veras de mi corazón imitarle, conocía con bastante claridad que en aquella otra cruz que estaba frente a la de mi Señor debía crucificarme, con toda la igualdad que es posible a una criatura El día 2 de agosto de 1875, al amanecer el P. Torres celebra la Eucaristía en el Convento Jerónimo de Santa Paula, asisten la terciaria franciscana Ángela, Juana, Josefa y otra Juana, cuatro mujeres dispuestas a desentrañar el misterio de la cruz en la humillación personal, en la oración y en el servicio a los más necesitados. Al termino de la Eucaristía, se trasladan a vivir en una habitación alquilada de la calle San Luis, 13. Con un mobiliario simple: una mesa, varias sillas y unas esteras de junco que, servirán también de almohada y por supuesto un crucifijo y un cuadro de la Virgen de Los Dolores. Desde ese mismo momento, al hablar de Sor Ángela, es hablar de las Hermanas de la Cruz. De allí se trasladan a la c/Hombre de Piedra, junto a la parroquia de San Lorenzo, donde ejercía su ministerio, el sacerdote Marcelo Spínola. Como desde los comienzos, el corazón tan generoso y grande de Sor Ángela, la llevaba a acoger a las niñas huérfanas, de los pobres enfermos que atendían, tiene que buscar otra casa más grande y se trasladan a la c/Lerena y allí ya trasladan la Eucaristía de forma solemne, desde la Iglesia de San Martín. Los tres amores de Sevilla; la Eucaristía, la Pasión de Cristo y María en sus Dolores, son también los tres amores de Sor Ángela, que no por ser religiosa deja de ser cercana, ser del pueblo. En 1878, muere el P. Torres y el sacerdote D. José María Álvarez Delgado, es nombrado por el Arzobispo, como Director del Instituto, pasando a ser oficial y aunque ya había algunas hermanas desplazadas a la provincia de Cádiz, también se va extendiendo por la diócesis de Sevilla. El Arzobispo Fr. Joaquín Lluch y Garriga, aprueba en 1879 las primeras Constituciones de la Compañía de las Hermanas de la Cruz que redactara el P. Álvarez. Once años largos transcurrieron desde que la joven Angelita Guerrero, intentara ingresar en las Carmelitas Descalzas, hasta que se pudo comprobar por la aprobación de la Iglesia que, su gran carisma vocacional era sabia síntesis de oración, austeridad, contemplación, alegría y servicio a los pobres que, constituyen a las HH. de la Cruz. Estamos seguro que, la obra de Dios, a través de Sor Ángela de la Cruz, ha sido un verdadero regalo de Dios para Sevilla y la Iglesia universal. Desde 1883 comienza una gran expansión y continúan las fundaciones de nuevas Casas de la Compañía, por distintos puntos de Andalucía y Extremadura y ya las HH. se trasladan a la Casa Madre de nuestros días en la calle que hoy lleva su nombre Santa Ángela de La Cruz.
En 1894 Sor Ángela viaja a Roma para asistir a la Beatificación de Juan de Ávila y Fray Diego de Cádiz y en su visita al Papa León XIII pretende que, sean aprobadas las Reglas de la Compañía de las HH. de la Cruz, pero no fue este Papa, tuvo que esperar a Pío X quien en 1904 aprueba el Instituto de Hermanas de la Compañía de la Cruz.
En 1907, al morir el P. Rodríguez Soto, Sor Ángela de la Cruz, asume el gobierno y la responsabilidad de la Compañía, primera Madre General, cargo para el que será reelegida cuatro veces, pero la cuarta vez no ejercerá el cargo, por una decisión superior de la Iglesia, lo que produce tristeza en sus hijas, sucediéndole la Madre Gloria. Estamos ya en el cercano año 1928 y Sor Ángela tiene ya 82 años. Sevilla ha cambiado, se ha extendido por las huertas y campos y conoce una época de esplendor que, será efímero, con la Exposición Iberoamericana, pero en Sevilla sigue habiendo pobres y calamidades y miserias. Pero como desde los primeros días, las HH. de la cruz siguen rodando por las calles de los barrios más humildes y pobres, santificándose de forma especial, con la virtud de la mortificación, al servicio de Dios en los pobres, conduciendo las almas a El, haciéndose pobres como ellos. El 7 de julio de 1931 comenzaría la prueba final de Madre Angelita, sufriendo una trombosis que la llevaría la muerte nueve meses después. Esta enfermedad le produjo múltiples dolores y trastornos, e incluso llegó a llorar a veces, estando paralizada de medio cuerpo, pero siguió resplandeciendo su virtud, su humildad, su deseo de agradar, su cercanía y no querer molestar. D. José Vides, cura párroco de San Pedro, le dio los últimos sacramentos. Su muerte fue dulce, después de una larga agonía. Era el día 2 de marzo de 1932. Sevilla se conmocionó entera, al enterarse de la noticia de su muerte y la afluencia de getes de todas las clases sociales para venerar sus restos, duró tres días enteros, hasta que, por privilegio especial por parte del Gobierno, fue sepultada en la cripta de la Casa Madre.
La obra de Dios, comenzada en el Bautismo, llegaba a su culminación terrena. Sor Ángela de la Cruz Guerreo González, vivió una epoca de grandes cambios sociales y políticos en España Han pasado ya 75 años y las Hermanas de la Cruz, continúan estando cerca de los pobres, enfermos, ancianos y marginados. Santa Ángela de la Cruz, fundó una Compañía Religiosa que hoy sus hijas recogieron eltestigoy siguen dando el autentico testimonio cristiano, haciendo honor, con esa cruz que con mucha honra y a semejanza de la Madre Fundadora, han heredado de Jesús.
SANTA ÁNGELA DE LA CRUZ seguirá siendo una Santa cercana al pueblo y a parte de cercana por los pocos años que hace, fue proclamada Santa, por el también cercano Pontífice Juan Pablo II, el mismo Papa que la Beatificó en ese su primer viaje a Sevilla, cumpliéndose mañana 5 de noviembre, 26 años de esa cercana efemérides. Donde acudimos muchísimos fieles devotos al campo de la feria, donde tuvo lugar la multitudinaria celebración del Pontifical de la Beatificación de la ejemplar hoy santa y una fecha clave y cercana también en la historia, aquel 5 de noviembre de 1982.
Desde aquí convocamos e invitamos a orar a todos los fieles devotos de esta ejemplar y humilde Santa Fundadora de la Compañía de las Hermanas de la Cruz.
Y en su honor ofrecemos esta plegaria a Dios nuestro Señor, para solicitar gracias por la intercesión de SANTA ANGELA DE LA CRUZ. (Novena)
ORACIÓN
¡Oh! Dios, de toda bondad
que, iluminaste a Santa Ángela, virgen,
con la sabiduría de la cruz,
para que reconociese a Tu Hijo Jesucristo
en los pobres y enfermos abandonados
y los sirviese como humilde esclava,
concédenos las gracias que te pedimos
por su intercesión en esta novena
(hacer la petición con fe y esperanza)
Así también, inspira en nosotros
El deseo de seguir su ejemplo,
abrazando cada día nuestra propia cruz,
en unión con Cristo crucificado
y sirviendo a nuestros hermanos con amor.
Te lo pedimos por el mismo Jesucristo,
Hijo tuyo y Señor nuestro. Amén.
Rezar: Padre nuestro, Ave María y Gloria
Santa Ángela de la Cruz,
Ruega por nosotros.
Reproducción del cuadro de Santa Ángela de la Cruz de la Beatificación, hoy situado a la entrada de la Capilla de Sta. Ángela de la Cruz.
Fotos de Archivo. DonaldPress