Hace 80 años, Antonio Molina nació en un modesto barrio malagueño. Aficionado a cantar desde niño, pocos podrían aventurar que aquel pequeño de voz aguda no tardaría en convertirse en uno de los grandes ídolos de la canción española en la mitad del pasado siglo.
Desde 1950, durante 15 años, dejó la impronta de su finísima voz, de sus falsetes larguísimos. Nadie cantó como él, en su inimitable estilo. Lo suyo era una mezcla de cante flamenco y canción andaluza interpretado con una voz de prodigiosas facultades, dice el crítico Ángel Álvarez Caballero. Canciones como Adiós a España, Soy minero, Yo quiero ser mataor o Cocinero Cocinero, por citar sólo algunas, están impresas en la memoria de varias generaciones y en la historia de la música popular española. Para conmemorar el 80º aniversario del nacimiento de Antonio Molina, el 25 de marzo se publica una gran antología de su obra en la que, junto a sus 40 canciones más populares, se incluye un DVD que por primera vez recoge actuaciones del artista en televisión y una entrevista.
Antonio Molina nació en el barrio de Huelín, también conocido como de las fatigas, de Málaga el 9 de marzo de 1928. De familia humilde, comenzó a trabajar desde los diez años como repartidor de leche, cuidador de cerdos y conejos, camarero, aprendiz de tapicero... Ya en Madrid, en 1949 se presentó a un concurso de radio, ganó el primer premio de 150 pesetas y un contrato discográfico con La Voz de su Amo. Su primer EP con cuatro canciones contenía El agua del avellano y El macetero, que aparecen en esta antología. En 1952 debutó en Madrid con el espectáculo Así es mi cante y en 1953 protagonizó su primera película, El pescador de coplas, en la que interpretaba temas como Yo quiero ser mataor y Adiós a España, dos pasodobles que situaron a Antonio Molina en la cima de la popularidad. El éxito continuó con nuevos espectáculos y películas, a ritmo de una por año, de las que salieron canciones como Soy minero, Soy un pobre presidiario, Si a ti te llaman Consuelo, Mi rosa morena, La hija de Juan Simón, María de los Remedios...
Son canciones que marcaron una época y que aparecen en esta antología. Grandes éxitos de los años 50 y 60 del pasado siglo cuando Antonio Molina vivió su época dorada como gran estrella de la música española. Sus canciones sonaban constantemente en la radio, fue el primero en actuar en plazas de toros ante más diez mil personas y protagonizó momentos cumbres de una cultura musical que hoy se recoge en un 2CD+DVD antológico que refleja una época y nos la devuelve para mantener viva la memoria.