El entrenador argentino Héctor Cúper mantiene la convicción de que sigue capacitado para tirar adelante al Betis, a pesar de un nuevo 3- 0 en contra, esta vez contra el Barcelona, porque sostiene que el vestuario bético le responde y él se encuentra "con fuerzas".
Para Cúper, el nuevo 3- 0 (el Betis encajó la pasada jornada el mismo resultado contra el Osasuna) ha resultado un golpe muy duro por el trabajo previo que realizó con sus futbolistas, con la finalidad de contener al Barcelona y esperar un fallo de éste para montar contragolpes letales.
"Es difícil justificar el 3- 0. Hemos pagado muy caro un error y nos ha costado el primer tanto. No tuvimos paciencia", argumentó un apesadumbrado Héctor Cúper, que ve cómo su equipo después de diez jornadas, regresa a la penitencia de las dos últimas temporadas: el pozo de la tabla de la Liga.
A pesar del nuevo golpe, Cúper se reafirmó, igual que tras el partido contra el Osasuna, en que aún tiene fuerzas para conducir al Betis. "Tenemos una situación delicada pero hay tiempo. El entrenador puede pasar dificultades, si el vestuario no le responde. Este no es el caso. Tengo fuerzas", subrayó el entrenador argentino.
Barcelona imbatible
El Barcelona se regaló ante el Betis una cómoda victoria (3- 0) con goles de Henry y Ronaldinho, protagonistas de la vuelta de su equipo a sus esencias, un fútbol fluido que recordó al de las noches más brillantes del Barça.
Llegaba el equipo de Rijkaard envuelto en dudas después de un par de partidos muy pobres, pero logró rehabilitarse ante un débil Betis. Lo hizo en el mejor partido de Henry y en el regreso de Ronaldinho, autores ambos de los goles que tumbaron al Betis, cuyas intenciones se esfumaron en cuanto se vio por debajo en el marcador.
El Barcelona supo madurar el partido hasta abrir el marcador. Le faltó un punto de intensidad, pero tuvo paciencia. Y comenzó a disfrutar de Henry, por fin cómodo en el campo, por fin en sintonía con Ronaldinho y Messi. El francés trazó siempre el movimiento correcto. Se ofreció, combinó y goleó. Lo que se esperaba de él cuando llegó en verano, el gran fichaje de la temporada.
Henry firmó el primer gol, el más complicado en partidos así. La jugada fue un monumento al juego colectivo, el toque y el pase al espacio, seña de identidad del Barcelona desde la época de Cruyff y símbolo de los grandes éxitos del club. Resumió lo mejor del Barça, su capacidad para asociarse y su vocación puramente ofensiva. De Thuram a Henry, pasando por Valdés, la pelota recorrió todas las líneas con una limpieza impecable.
Un pase preciso y elegante
Fue Iniesta el encargado de habilitar al francés con un balón a la espalda de la defensa. Un pase preciso y elegante, el toque justo. Henry no falló. Sutil y eficaz, colocó el esférico entre las piernas de Ricardo. Premio al mejor Henry de la temporada. Del Betis apenas hubo señales en el Camp Nou. Se trata de un equipo sin sustancia, con ciertas puntas de inspiración, pero falto de espíritu. Y sobre todo, de gol. Tan sólo contó una aproximación de Pavone. El argentino dispuso de un disparo franco, pero se complicó la vida buscando un recorte innecesario.
El equipo de Cúper intentó cortar las líneas de pase del Barcelona. Juande, Rivera y Somoza se afanaron en taponar a Touré, Iniesta y Xavi. Cumplieron en los primeros minutos, pero su equipo se venció de mala manera cuando Henry marcó. A partir de entonces, el equipo azulgrana caminó dulcemente hacia los tres puntos.
Para el Barcelona, la victoria trajo consigo otra excelente noticia. Ronaldinho volvió a marcar, y por partida doble, esta vez de falta directa, por segundo partido consecutivo, un detalle impensable hace apenas un mes. Su presencia en el juego remitió a la de sus mejores días. Transmitió alegría al equipo, firmó dos tantos y abandonó el campo aclamado por la grada.
Como en los viejos tiempos.
Se quedó sin marcar Messi, pero no sin la ovación del público. También regresó la mejor versión del argentino. Protagonizó una enorme jugada personal en el ecuador de la segunda parte que estuvo a punto de convertirse en un gol imperial. Pero el balón rozó el poste derecho de Ricardo, después de una brillante carrera en solitario desde el centro del campo.
Para el Barcelona, el partido dejó una extraordinaria sensación, que tiene que ver con su frente de ataque: coincidieron en el campo Henry, Ronaldinho y Messi en estado puro. El Betis juega otra Liga. Le urge recuperar el gol, como le urgía al Barça recuperar sus señas de identidad.