Borja Thyssen, hijo de la baronesa Carmen Cervera, y Blanca Cuesta ha celebrado hoy el banquete nupcial, tras una breve ceremonia religiosa, en el antiguo esquileo de Cabanillas del Monte, del siglo XVIII, ya que la boda tuvo lugar en la Iglesia parroquial del Santo Espíritu, en Tarrasa, el pasado martes. Desde hace varios días, se ha establecido una estricta vigilancia privada en torno al histórico edificio, que desde primeras horas de la tarde ha contado con la presencia de numerosos curiosos y periodistas, aunque no se permite el acceso a quien no figura en la lista de invitados.
Los novios llegaron sobre las cinco de la tarde en un todo- terreno con cristales tintados y accedieron al recinto por una puerta lateral, conocida como la del rey, ya que es la que cruzó el Rey Juan Carlos cuando acudió al banquete de la boda de su sobrino Beltrán Gómez Acebo con la modelo Laura Ponte, en 2004. La casa- esquileo de Cabanillas del Monte es la única que se conserva intacta en su estructura primitiva, de entre las muchas que hubo en el pasado en los territorios del Reino de Castilla, situadas a lo largo de las grandes cañadas reales, regentada por Rodrigo de Peñalosa, vizconde de Altamira.
Entre los 130 invitados figuraban pocas caras conocidas, principalmente amigos de la pareja y la familia de la novia, como sus, padres Heidi Unkhoff y Miguel Cuesta, y sus hermanos Pedro y Miguel, así como la periodista Chelo García Cortés, que ha ejercido de madrina en la boda. Los novios se han vestido en el edificio principal del esquileo y según han explicado a Efe algunas personas que han podido hablar con ellos están muy felices y emocionados y se han mostrado siempre muy simpáticos.
Estas mismas fuentes han explicado que Borja Thyssen ha confirmado que su madre no acude a esta celebración, tal y como había anunciado, por estar en contra de este matrimonio, como tampoco estuvo en el enlace religioso del martes pasado. Los novios, ella con traje blanco, aunque posiblemente luego se cambie con un vestido de fiesta para el banquete, y él de chaqué, han participado en una ceremonia que en realidad ha recreado el enlace nupcial, pero que no tiene validez, en la conocida nave "Tijuana", habilitada como capilla, en su época empleada de comedor de pastores y esquiladores.
Borja Thyssen y Blanca Cuesta han llegado casados al esquileo ya que el obispado segoviano, del que es titular el prelado Luis Gutiérrez, informó de que "no concede autorización para celebrar matrimonios en capillas privadas de ningún género y, por lo mismo, esta boda no se puede celebrar canónicamente en dicho lugar".
Después, en la nave central del esquileo se ha servido un almuerzo compuesto por un aperitivo seguido de una ensalada de cigalas y el típico cordero asado de esta zona de la sierra, para continuar con la fiesta en la que no faltarán fuegos artificiales.
Tanto la capilla donde ha tenido lugar la simulación de la boda, como los salones de banquete, incluido el conocido como sudadero, donde dormían las ovejas la noche anterior a ser esquiladas para sudar y que se les esponjara la lana, han sido decoradas por Luis Galliusi. La boda ha alterado la vida normal de este núcleo, a unos 12 kilómetros de Segovia, que cuenta normalmente con unos 20 habitantes.