No es broma: Jesús Maeztu es el nuevo Comisionado del Polígono Sur de Sevilla. O lo que es lo mismo: las 3.000 viviendas, el barrio marginal de mi ciudad. Hace poco lo pudo ver toda España en televisión.
Este buen señor quiere dar un aire nuevo al barrio: evitar el absentismo escolar (y laboral, supongo), crear zonas donde las familias (mayoritariamente gitanas) puedan demostrar "su arte" (hacer lo único que saben y quieren: cantar y bailar), arreglar sus estropeadas (por ellos y sus animales) viviendas, étc., étc., étc.
Lo que no sé si sabe Jesús es que dudo (dudamos muchos) que esta gente sepa vivir como él pretende que vivan...
Ellos quieren preservar su ¿cultura? gitana a salvo de las costumbres y sobre todo obligaciones de la cultura paya. Dudo y mucho que deseen llevar a sus hijos al colegio, vestirlos y calzarlos como es necesario, alimentarlos como unos niños normales, alejarlos del mundo de la droga, del mundo de la delincuencia, de la prostitución... Para empezar, si fueran personas de bien, independientemente de su ¿cultura? no se cargarían de hijos teniendo en cuenta su pésima situación social, económica y laboral.
A su ¿cultura? le hace falta una buena dosis de responsabilidad, obligación, convivencia, respeto, limpieza, educación y escolaridad, además de ganas de trabajar, que escasean bastante en esta "población marginada por la sociedad".
La cruel sociedad que margina a estos pobres gitanos de las 3.000, a los que se les van a arreglar los edificios y el futuro gratis, es la misma sociedad que madruga a diario para trabajar, que tiene los hijos que se puede permitir y ni uno más, que hace horas extras para que su familia pueda ir de vacaciones, que sufre un estrés del copón para conciliar vida laboral y familiar, que para pintar la fachada de su portal convoca una reunión de vecinos y se carga con una cuota extra en el recibo de la comunidad (que paga religiosamente), que contribuye con sus impuestos al Ayuntamiento de su ciudad (parte de los cuales irán a las 3.000), que antes de coger un coche y arrollar a alguien se saca el carnet de conducir, y que sabe que tiene tantos derechos como obligaciones.
A nosotros, mala gente sin duda, probablemente nunca nos visitará Jesús...