Anoche a las doce de la noche Pedro comenzó a sufrir un leve dolor en la zona trasera del riñón izquierdo. El dolor se fue acrecentando y a continuación vomitó todo lo que había comido durante el día, al principio pensamos que era la pésima comida picante que nos habíamos comido, pero el dolor iba a mas y no podía ser de eso.
Rápidamente contactamos con nuestro enlace Eva Pérez, quien se puso en contacto con nuestra compañera ATS Elena y con nuestro amigo el Dr. Poyato especialista en Urología, también nos llamo un catedrático en urología, y todos nos apuntaron los pasos a seguir.
La situación se complicaba pues estábamos a 3.700 metros y en una pequeña población del Tibet (Nylam), donde por supuesto no podíamos hacer nada. Pedro se estaba medicamentando con lo que tenemos en el botiquín, pero seguía vomitando, y por consiguiente expulsaba los medicamentos y el dolor no persistía.
A primera hora decidimos que había que evacuar, pues a esa altura todavía estábamos a tiempo de retroceder y recuperar, cosa que mas arriba sería imposible y peligroso. Además necesitaría que le administrasen medicación por vía intravenosa.
Hemos bajado utilizando tres jeeps, uno hasta el primer puesto fronterizo, otro hasta el segundo y el ultimo desde la frontera hasta Katmandú. Además del elevado coste económico de la operación, que eso es lo de menos, hemos roto nuevamente la planificación de subida y aclimatación.
Hemos llegado muy cansados, pues el viaje ha sido largo y agotador y nos hemos trasladado al mejor Hospital de Katmandú, Norvic Escorts Internacional Hospital, donde en estos momentos es atendido por el Dr. Rajman. Le he explicado los síntomas que Pedro padecía, y rápidamente se han puesto manos a la obra, análisis de sangre y orina, radiografía, le han palpado, temperatura, tensión, etc...
En estos momentos Pedro se encuentra bien, esperando el resultado de las pruebas, y por supuesto, fuera de peligro. Creo que hemos actuado con rapidez y efectividad.
En gran parte ha sido por seguridad y precaución, porque si esto se da más arriba, seguro que no hubiera tenido ninguna posibilidad de subir. Ahora el temor esta en si Pedro se recuperara para poder seguir.
Yo para compartir los males con él, además de diarrea he cogido un gripazo, que no me deja respirar, la garganta muy dañada y comienzo a tener algo de fiebre.
Una vez mas Everest no se presenta nada fácil. Confiemos que podamos seguir.