En el acto constitutivo de la Cámara de Marinos de Sevilla, que fue presidido por el alcalde de Valencina, Adolfo Balseiro, localidad donde se levanta el Hotel Vereda Real; se nombro como presidente de la entidad a Ricardo Salamero, comandante naval de la Comandancia de Marina, y vicepresidentes a los citados promotores Rubín y Giménez de la Cuadra. El director de la empresa consignatario Sevitrade, Francisco García Campos, fue designado secretario de la Cámara.
En esta primera celebración de la Cámara de Marinos, que nace como lugar de encuentro de todo el sector náutico sevillano, sus integrantes botaron simbólicamente su sede que reproduce fielmente el camarote de un navío del siglo XIX. Entre las personalidades que acudieron al acto constitutivo, destacan el vicepresidente del Tribunal Constitucional, Guillermo Jiménez Sánchez; el vicepresidente de la Comisión de Justicia del Congreso de los Diputados, Juan Manuel Albendea; el rector de la Universidad Pablo de Olavide, Agustín Madrid; el decano del Colegio de Abogados, José Joaquín Gallardo; el ex ministro de Trabajo y que fue autoridad portuaria Félix Manuel Pérez Millares; el capitán Marítimo, Cristóbal González- Aller; y el socio director de Montero Aramburu Abogados, Alfredo Álvarez Tello, entre otros.
La creación de la Cámara de Marinos de Sevilla coincide con el primer aniversario de la celebración en estas instalaciones de la cumbre internacional de expertos en Derecho Marítimo Marlaw, que organizó la Asociación Española de Derecho Marítimo, y en la que se dieron cita medio centenar de expertos jurídicos procedentes de veintiséis países. Por ello, esta entidad se ha propuesto, entre sus objetivos, celebrar anualmente una reunión en la que se aborde, al más alto nivel, asuntos de interés para el sector náutico.
Las instalaciones que acogen la Cámara de Marinos de Sevilla se ubican en el Hotel Vereda Real, que ocupa una superficie construida de 3.666 metros cuadrados. Este alojamiento se inscribe en el segmento de los denominados hoteles con encanto, en los que sobresalen un ambiente singular gracias a las características arquitectónicas del edificio, mobiliario, decoración, instalaciones y servicios ofrecidos al cliente.
Este hotel se erige en el recinto de la zonas comunes de lo que fue en su día el apartotel Brisas del Aljarafe, un complejo hotelero que se construyó expresamente con motivo de la Exposición Universal para dar hospedaje a participantes de la muestra y que, por este motivo, dejó de funcionar al finalizar el año de 1992. En este sentido, el Hotel Vereda Real ha recuperado para Sevilla un antiguo proyecto de la Exposición Universal dedicado a la actividad hotelera.