El Caja San Fernando encara mañana en Málaga otro derbi regional, en una situación propicia para perder poco o ganar mucho; o lo que es lo mismo, mentalizado de la tremenda dificultad que implica visitar una de las canchas más intensas e inexpugnables de la ACB, pero esperanzado en dar una sorpresa que renovaría las reservas de autoestima para el decisivo tramo final. Sorpresa, por que a nadie escapa la desigualdad del análisis previo. Unicaja afronta la cita con el aval de un liderato que defiende por primera vez merced a una racha de diez victorias consecutivas. Con un triunfo más, esa serie igualaría con once a la del pasado año como la mejor de la historia del club malagueño. El conjunto de Sergio Scariolo ha ido in crescendo hasta coronar su progresión liguera venciendo con solvencia en la pista del Tau, lo que ha terminado de granjearle el máximo respeto de la competición. La última victoria cosechada como local en el Top 16 ante el Zalguiris alivió el sabor agrio de la eliminación en Euroliga tras un digno papel europeo.
El Caja San Fernando, por su parte, ha pagado con cuatro derrotas consecutivas el efecto de las dos que pudieron tornarse en triunfos frente a Winterthur FC Barcelona y Ricoh Manresa. Los dos mazazos, especialmente el materializado por la inverosímil canasta de Albert Oliver, socavaron la confianza de un bloque que acariciaba la tranquilidad con un magnífico inicio de año. Mucho antes, en los albores de la temporada, el antecedente del de mañana resultó uno de los peores encuentros del conjunto sevillano (61- 76). La mala imagen ofrecida por el equipo empezó a desencadenar el cese de Javier Fijo, que se produciría dos semanas después. El contexto es muy distinto, ya que en aquella quinta jornada apenas había síntomas de un equipo que pudiera competir al exigente nivel ACB y ahora el Caja sí cuenta con el respaldo de victorias importantes en momentos delicados. El presente lo parece, por cuanto necesita cuanto antes cortar la mala racha y recuperar el espíritu de equipo.
Manel Comas ha tratado de restaurar la moral del grupo proponiendo empezar de cero en una liga de diez jornadas (las que restan hasta el final de la fase regular) en la que cada partido es una final. El cuadro cajista se ha conjurado para buscar la victoria en Málaga, pero sobre todo deberá recuperar la estabilidad mostrando de nuevo la buena imagen que le había acompañado hasta el choque con el Ricoh Manresa. Quiere volver a evidenciar que puede competir con cualquiera y el duelo fratricida se presenta como el mejor escaparate. En él brillará a buen seguro con luz propia Lou Roe, líder del ránking ACB (22.2) y en anotación (20.5), y el hombre que aúna mayor talento y mejor forma en la plantilla. Ante el equipo que lo vio debutar en una ACB en la que mañana alcanzará los 4.000 puntos, se espera del de Atlantic City que esté a su altura habitual y contagie con su competitividad a todo el bloque. Darren Phillip y Ioannis Giannoulis también volverán al Martín Carpena ahora como visitantes, y con la complicada misión de ayudar a Roe a parar el poderío físico de hombres como Santiago, Pietrus o Nicevic.
Precisamente en la pintura habrá cara y cruz para ambos equipos; la cara sonríe al Caja San Fernando, que esta vez sí verá debutar a su último fichaje, el australiano Chris Anstey. El pívot ex NBA ya lleva diez días con sus nuevos compañeros y está deseando disfrutar de algunos minutos para poder ayudar al cuadro de Manel Comas. Su corpulencia y versatilidad pueden tornarse fundamentales para frenar los movimientos de Santiago. En la vertiente opuesta, Scariolo no podrá contar con uno de sus principales puntales, Jorge Garbajosa, probablemente el mejor pívot nacional de la competición y uno de los jugadores más en forma de los malagueños. Descartada una lesión grave, el jugador está guardando un periodo de reposo de unos diez días, por lo que además se perderá también el choque del próximo jueves en Euroliga ante el Winterthur FC Barcelona.
Unicaja sin duda echará en falta a Garbajosa, descubrimiento del que mañana ejercerá de técnico rival, Manel Comas, del mismo modo quien propició la llegada a la ACB del cajista Carlos Cazorla. Su gran amigo canario no podrá tenerlo enfrente y el Caja lo agradecerá, si bien la plantilla del conjunto malagueño dispone de elementos de sobra para paliar su ausencia. Con una plantilla que rezuma equilibrio y talento en todos los puestos, Scariolo ha forjado un bloque luchador, muy intenso en defensa (3º de la ACB, 74.3) y con enorme potencial ofensivo (4º, 82.2). El equipo que más rebotes coge en defensa (23.50) y menos en ataque (8) domina el tiro (1º en tiros libres con 79.2%, 2º en los de dos con 58% y 10º en triples con 37.2%) y algunas facetas defensivas como las recuperaciones (5º, 8.5) y los tapones realizados (7º, 3.04).
El técnico italiano tampoco podrá contar en el plantel con el tercer base, Jesús Lázaro, con una rotura fibrilar en un gemelo, aunque sí con otro de sus hombres franquicia, Marcus Brown, igualmente instalado en un gran momento. 7º anotador de la ACB (16.1) y 12º en el ranking (15.5), el escolta estadounidense se convertirá en un continuo peligro al que seguramente tendrá que parar Carlos Cazorla. En el bando cajista, Manel Comas contará con todos sus efectivos disponibles una vez que Donatas Slanina se ha recuperado con celeridad de la tendinitis en el tobillo izquierdo que sufriera desde el pasado lunes.
Los precedentes no resultan demasiado halagüeños para el Caja San Fernando, que ha caído en doce de sus dieciséis visitas a Málaga. La última victoria cajista se produjo en la temporada 1998- 99, aunque hace dos campañas el cuadro sevillano estuvo a punto de dar la campanada en el Martín Carpena (80- 79). Ahora, con el referente del triunfo logrado sobre los malagueños en la final de la Liga Andaluza, el Caja tratará de mejorar el horizonte clasificatorio para una recta final liguera que se vislumbra de una dureza infernal.
COMAS: NOS QUEDA UNA LIGA DE DIEZ PARTIDOS Y VAMOS A MÁLAGA A POR TODAS
Manel Comas, entrenador del Caja San Fernando, ha manifestado sobre el encuentro de mañana ante el Unicaja que el equipo está en situación de tensa calma, entre comillas. Sabemos que nos ha marcado la derrota ante el Ricoh Manresa, que no hemos reaccionado. Pero nos queda una liga de diez partidos, y vamos a ir a Málaga a por todas, independientemente del buen momento de forma de Unicaja y de que lleguen líderes. Hemos ido a otros campos en los que parecía que éramos claramente el conejillo de indias y hemos sido capaces de ganar. Si somos capaces de hacer una buena defensa desde el minuto uno, no como en los últimos días, en que hemos salido el primer cuarto relajados y al final nos hemos ahogado en la orilla, tendremos opciones. El técnico catalán ha abundado en el perfil psicológico del equipo al apuntar que en el equipo, la línea que separa el estar con moral o estar tocados es hiperfina. Es cierto que no baja los brazos, y ese poso lo tenemos, pero la línea que separa la moral y tranquilidad del hundimiento es un hilo. Eso forma parte de nuestro carácter, como he dicho prácticamente desde el primer día que llegué, el que mentalmente nos cueste ser fuertes.
Comas considera que lo nuestro es un problema de continuidad, el día que la hemos tenido hemos ganado el partido, y el día que no, no. Nos falta salir con más tensión, porque siempre hacemos un primer o tercer cuartos que acaban marcando el devenir de los partidos. Tenemos un problema de intensidad importante, de sentido de equipo. Cuando tenemos dificultades, lo único que puede salvarnos es el equipo, y no el volvernos locos como nos volvemos intentando remontar sin ton sin son. Somos un equipo y tenemos que jugar como tal. Está claro que calidad individual tenemos, pero no somos los más duros del mundo mentalmente y esa tranquilidad con que salimos a veces puede hacer que perdamos la estructura de equipo y que nos veamos con la soga al cuello en los partidos. En su opinión, la clave para la mejoría tiene que partir de la defensa: Nosotros, o construimos desde la defensa o tenemos cero posibilidades. Igual que somos capaces de hacerlo cuando tenemos el agua al cuello, cuando salimos blandos encajamos muchos puntos y confiamos en que acabaremos metiendo un punto más que el rival, pero eso no nos ha pasado hasta ahora.
El preparador cajista encuentra el acicate añadido en el propio entorno del club y apela al orgullo de los jugadores: Tenemos que sacar esto adelante no sólo por nuestra implicación y orgullo propios sino por la ciudad, el club y sus trabajadores. Detrás de nosotros hay muchas personas y esa implicación debe ser real, si hay que dejarse la vida en el campo pues habrá que dejársela. A Unicaja se le puede ganar, y con esa idea vamos. Tenemos calidad para ello, sólo hemos de ser conscientes de nuestros déficits y aplicarnos en que no afloren. Hemos sido capaces de tutear a otros buenos equipos y ganarles. Hemos de ir con humildad y concentrarnos tanto en la faceta ofensiva como defensiva, porque cada error defensivo es una piedra y cada error ofensivo otra, con lo que ya son dos y al final tenemos una mochila con la que no podemos, ha sentenciado.
