El próximo día 15 de marzo, a las 19,00 horas, tendrá lugar en la librería FNAC L'Illa (Avenida Diagonal 549- Barcelona) la presentación del libro 'El arca de las palabras', de Andrés Trapiello, editado por la Fundación José Manuel Lara.
En el acto intervendrán, además del autor, José Antich, director de 'La Vanguardia', y los escritores Jordi Gracia y Carlos Pujol.
Es éste un singular y atractivo diccionario donde el afamado autor de "Al morir don Quijote", diarista, poeta, ensayista, articulista en prensa diaria, y autor de novelas y cuentos, da rienda suelta a su imaginación, escogiendo y glosando una serie de términos de su predilección. Se combinan así, en El arca de las palabras, lo mejor de un buen diccionario, esto es, una cierta ilusión de orden y concierto en la exposición alfabética de las
ideas, con la capacidad que una novela o un poema tienen de sorprendernos y seducirnos. Al sugerente contenido se añaden un buen número de ilustraciones que hacen de esta obra un ejemplo de bella edición.
El libro, editado por la Fundación Lara, combina lo mejor de un diccionario con la capacidad de sorpresa y emoción que para este escritor tienen algunas palabras.
"El arca de las palabras", último libro Andrés Trapiello, es un proyecto jamás acometido en la historia de la literatura española, ya que por primera vez un escritor se atreve a revisar las palabras de nuestro diccionario. El libro combina, pues, lo mejor de un diccionario con las posibilidades ilimitadas de una novela o un poema, es decir, la capacidad de seducirnos y sorprendernos que tienen las palabras, de la A a la Z.
Acompañada de buen número de ilustraciones, esta obra es también un ejemplo de bella edición.
Durante un año Trapiello fue leyendo las páginas de su viejo diccionario y escogiendo y glosando de él las que más le gustaban, fascinado por su hechizo, su música o su sentido. Durante otro año más, fue publicando estos fragmentos en el periódico La Vanguardia. Agrupados ahora aquí, junto a las ilustraciones originales de Javier Pagola, forman este ameno y originalísimo volumen que el autor considera uno de sus más queridos libros, porque en ninguno de ellos habrá puesto tanto de sí... y de los otros.
La Fundación Lara presenta este mes una edición extraordinaria titulada El arca de las palabras, de Andrés Trapiello, un singular y atractivo diccionario donde el afamado autor de Al morir don Quijote, diarista, poeta, ensayista, articulista en prensa diaria y autor de novelas y cuentos, da rienda suelta a su imaginación, escogiendo y glosando una serie de términos de su predilección.
Se combinan así, en El arca de las palabras, lo mejor de un buen diccionario, esto es, una cierta ilusión de orden y concierto en la exposición alfabética de las ideas, con la capacidad que una novela o un poema tienen de sorprendernos y seducirnos.
El arca de las palabras reúne los artículos que fueron apareciendo a lo largo de un año en el diario La Vanguardia, trabajo que ha recibido incluso varios premios distinguidos, y a su sugerente contenido se añaden un buen número de ilustraciones que hacen de esta obra un ejemplo de bella edición. Por uno de estos trabajos en prensa, fue elegido nuevo Premio Miguel Delibes, galardón que desde hace 10 años convoca la Asociación de la Prensa de Valladolid. El jurado concedió a Trapiello dicho reconocimiento, en concreto, por el Arca de las palabras, publicado el día 23 de abril de 2004 en La Vanguardia. El Premio Nacional de Periodismo Miguel Delibes tiene el objetivo de promover el buen uso de la Lengua Castellana en los medios de comunicación escritos, así como la defensa y pervivencia del idioma español y su correcta utilización como instrumento informativo.
¿Cómo era su primer diccionario? ¿A qué o a quién lo tiene asociado?
Era de latín. Luego tuve uno, parecido al que uso ahora, con muchos grabaditos, curiosos y variados. Recuerdo que detrás de mi pupitre tenía un compañero que se había propuesto aprendérselo de memoria. Logró llegar, creo, a la C. Iba buscando palabras obscenas. Quería conocer el mundo mirando por un orificio, cosa muy legítima. El primer diccionario se asocia siempre al paraíso: todo ha sido dicho, nada ha sido dicho todavía. Como los bombos de la lotería, en el diccionario hay siempre esperando una palabra que nos traerá la fortuna.
Palabras que hechizan, que suenan bien o que tienen magia, ¿cuáles son las que más le atraen?
Las que tienen alma. Y la tienen todas, si sabemos encontrársela. Las palabras importantes son las que dicen cosas. Claro que hay gente que las quiere para colgárselas del brazo y pasearlas. Yo eso lo entiendo también, porque a veces a uno le dan ganas de irse con cualquiera.
¿Cuántas palabras se han quedado fuera de este diccionario?
Creo que unas cincuenta o sesenta mil. Aunque es improbable que pudiera decir nada si me quitan esas cuatro o cinco mil de las que me he ocupado.
¿Predominan los sentimientos o los pensamientos?
Va un poco de todo. Es género variado. Lo que me ha sorprendido es constatar que la mayor parte de las palabras, cuando se piensa en ellas con cierto sosiego, le retrotraen a uno a la primera vez que la oyó pronunciar o la primera vez que se la tropezó. Por esa razón este libro tiene tanto de unas memorias.
¿Cree de verdad que las palabras, según en manos de quién, suenan distinto y dicen cosas diferentes?
No me cabe la menor duda. Las palabras son seres vivos, y no aman de la misma manera a todas las personas ni se dejan amar por ellas de la misma forma. Y como siempre, con las palabras se da el amor a primera vista y después de muchos tiempo de trato.
¿Qué aportan los dibujos a este trabajo?
Son fantásticos. Javier Pagola tiene mucha experiencia en esa clase de ilustraciones. Nos ilustran, nos entretienen y, a veces nos enseñan. Por ejemplo. Le pedí, para su publicación en el libro, que dibujara una ilustración nueva para la portada. Dibujó un arca, pero no una arqueta o un arcón, sino un arca como la de Noé. Jamás antes había pensado antes mi arca de las palabras como la barca donde se salvaban las palabras por parejas. Y me pareció precioso.
¿Qué le atrajo de la prensa, de un periódico, para dar a conocer este trabajo? ¿Quizás el mal uso que, dicen, se hace del lenguaje en los medios de comunicación?
Quería ver el efecto que producía en letra impresa, como cuando Juan Ramón Jiménez hablaba de publicar en el periódico, cada día, el poema escrito la tarde anterior. No sé, era como ver levantarse una casa ladrillo a ladrillo. Por otro lado encuentro admirable que se haya publicado en La Vanguardia, un periódico catalán. No estoy muy seguro de que directores de periódicos castellanos quisieran hacer algo parecido. En los periódicos se escribe bien y mal, como se habla bien y mal en la calle. Sólo hay que saber buscar la página.
Andrés Trapiello nació en Manzaneda de Torío, León, en 1953. Desde 1975 vive en Madrid. Es autor de las novelas La tinta simpática (1988), El buque fantasma (1992), La malandanza (1996), Días y noches (2000), Los amigos del crimen perfecto (2003) y Al morir don Quijote (2004); de un libro sobre el maquis en Madrid, La noche de los Cuatro Caminos (2001), y de un diario o novela en marcha titulada Salón de pasos perdidos, de la que lleva publicadas trece entregas. Como ensayista ha publicado, entre otros, Las vidas de Miguel de Cervantes (1993), Las armas y las letras. Literatura y guerra civil (1936- 1939) (1994) y Los nietos del Cid. La nueva edad de oro (1898- 1914) (1997). Sus primeros cuatro libros de poemas se han reunido en Las tradiciones (1991), volumen al que siguieron Acaso una verdad (1993), Rama desnuda (2001) y Un sueño en otro (2004).