Peor no le pudieron ir las cosas al Sevilla en un encuentro que se puso cuesta arriba desde el principio con un gol de Fredson en el minuto 5. El resultado final del choque propina un excesivo castigo a un equipo que mereció algo más que salir goleado de la ciudad condal. En la primera parte, los nervionenses tuvieron hasta cuatro claras ocasiones para empatar. No hubo efectividad en los metros finales y tras el descanso los de Juande pagaron con creces su falta de punch, viendo cómo los locales le metían tres en diez minutos y Javi Navarro era expulsado. Poco más tarde Luis García redondeó de penalti un 5- 0 final que bien pudo haber sido distinto si los hispalenses hubieran tenido más tino en el primer acto.
En Montjuic el Sevilla se encontraba con una magnífica oportunidad para sumar tres victorias seguidas. En frente, los nervionenses tenían a un Espanyol que al igual que ellos, había disputado partido de UEFA el pasado jueves. Juande tiró de todos sus efectivos y sacó el mismo once que salió victorioso ante el Celta, con la salvedad de Jordi, que sustituyó al lesionado Martí, y de Dragutinivoc, que volvía al equipo después de cumplir un partido de sanción.
Las esperanzas puestas eran muchas, pero el comienzo no dio lugar al optimismo. En el minuto cinco los hispalenses ya caían por 1- 0, merced a un gol de cabeza de Fredson, que remató totalmente solo en el centro del área un servicio de Domi desde la izquierda. El tanto local fue un auténtico jarro de agua fría para un Sevilla que se quedó algo tocado. No obstante, el conjunto de Lotina tampoco pisaba el acelerador. El partido estaba feo y ninguno de los dos equipos tomaba la iniciativa.
Poco a poco el Sevilla fue despertando de su letargo y comenzaron a llegar las primeras ocasiones. Fue a partir del minuto 20 cuando los visitantes empezaron a hilar las primeras jugadas con peligro. En el 24 Saviola rozó el gol, después de quedarse solo en el área, ligeremante escorado a la izquierda, tras un gran pase de Maresca. El disparo del ariete argentino lo despejó Gorka, esfumándose una magnífica ocasión de gol. Dos minutos más tarde llegó otra oportunidad todavía más clara. Adriano recibió en la frontal un buen balón de Kanouté, entró como una bala en el área y solo ante el portero conectó un impreciso remate con la derecha que se fue fuera. El brasileño fue empujado levemente, pero Lizondo Cortés no interpretó que fuera penalti.
Los andaluces rozaban el empate y el Espanyol respondía tímidamente con disparos desde fuera del área de Iván de la Peña. Mientras, el Sevilla seguía a lo suyo y Maresca con un empalme desde fuera del área estuvo a punto de lograr la igualada. El balón se fue arriba, lamiendo la escuadra derecha de Gorka. Aún hubo más antes del descanso. A falta de siete minutos para el 45, Saviola remató de cabeza demasiado cruzado un pase desde la derecha que se fue fuera por poco.
Con esas se llegó al descanso. Al Sevilla le costó arrancar, pero acabó creando mucho peligro y mereciendo un empate que de momento se resistía. El fútbol no había sido justo con los nervionenses en el primer tiempo. Mucho menos lo iba a ser en el segundo. Nada más comenzar el segundo: otro bofetón. En el minuto 2 Zabaleta lograba el segundo con un disparo desde fuera del área que rebotó en un defensa sevillista y pilló descolocado a Palop. El choque se ponía muy cuesta arriba. El castigo era excesivo.
Lo peor estaba por llegar. El Sevilla, bastante tocado con el segundo, vio cómo la cosa se complicaba mucho más en el minuto 8 con un gol de Luis García. El delantero se quedó solo frente a Palop, después de un pase de Fredson y definió con tranquilidad y maestría, logando el tercero. Todo se volvía negro y aunque parecía que nada podía ir peor, todavía hubo más. Inmediatamente después de recibir el tercero, Javi Navarro vio la segunda tarjeta amarilla, al derribar a un futbolista espanyolista en la banda derecha. El defensa sevillista se resbaló antes de cometer la falta, pero el árbitro no dudó un instante en mandar a la caseta al zaguero.
La falta la botó De la Peña, Kanouté la rechazó y Luis García se sacó un disparo ajustado al palo izquierdo de Palop. El Sevilla veia cómo en cuestión de minutos todo se iba al traste. Poco se podía esperar ya de un encuetro que daba un severo palo a los visitantes. La renta espanyolista aumentaba por mediación de un tanto de penalti logrado en el minuto 21. El Sevilla, totalmente hundido anímicamente, se limitó a aguantar el tipo como pudo. Estaba claro que éste no era su día. Los nervionenses lo sabían y aguantaron los síntomas de una muerte más que anunciada. Lo único positivo es que el equipo sigue en puestos europeos, que ya es mucho.