Peligra seriamente la trayectoria política de Ana Botella por hechos dudosos imputables de uno de sus más inmediatos colaboradores.
El homeópata de Ana Botella ha reconocido públicamente su adicción a los canapés de mortadela con aceitunas, provocando el consiguiente revuelo en medio sanitarios y gubernamentales de la totalidad del Estado. No he podido evitarlo, no soy digno de mis pacientes, ni de mis colegas, ni tan siquiera de mi familia, lo que he hecho es abominable, asqueroso . La Sra. Botella ya ha prescindido de los servicios del citado especialista, sin dejar de reconocer su estupor. Mientras tanto, el Colegio Oficial de Homeópatas, Curanderos, Hechiceros, Brujos y Sanadores se ha apresurado a dejar claro que semejante individuo jamás volverá a ejercer la homeopatía profesionalmente, así se flagele en la Plaza Mayor.