Patricia Rato acudio a la misa funeral por el alma del torero Manolo Vazquez fallecido recientemente en Sevilla.
La misa se cleebro en la basílica de Jesús del gran Poder y asistieron su viuda desolada y sus cuatro hijos.
Manolo Vazquez al igual que otros torerors era hermano y muy deboto de Jesús del gran poder.
El dolor de su esposa Remedín Gago con la que había celebrado sus bodas de oro y sus cuatro hijos, Remedín, Inma, Manuel y Carolina, era aminorado por las continuas muestras de cariño y respeto por un hombre que fue admirado y querido dentro y fuera de los ruedos
Los restos del torero que fue enterrado con la túnica de la hermandad de San Bernardo y la medalla de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder,des cansan en el cementerio de San Fernando . Dentro de poco se inaugurará una estatua en bronce realizada por Luis Alvarez Duarte que estará muy cerca de la Real Maestranza
En la tarde del domingo 14 de agosto y tras una larga enfermedad, falleció en su casa de Sevilla el torero, Manuel Vázquez Garcés, Manolo Vázquez en los carteles, una de las grandes figuras del toreo del siglo XX y miembro de una gloriosa dinastía de toreros que tenía su referente en Pepe Luis Vázquez. Más taurinamente no ha podido dejar este mundo quien abanderó el toreo sevillano por excelencia y quien, muleta en la mano izquierda, dando el pecho, de frente, cinceló los pasajes más puros del toreo por todos los ruedos de España, Francia y América.
Manuel Vázquez Garcés, Manolo Vázquez, nació el 21 de agosto de 1929 - el próximo domingo cumpliría 76 años- en el barrio sevillano de San Bernardo. Hijo del novillero José Vázquez, era hermano de Pepe Luis, Rafael,Antonio y Juan. De los cinco, tres , Pepe Luis, Antonio y él, fueron matadores de toros.
Tras una etapa de novillero en la que asombró a los aficionados, tomó la alternativa en la Maestranza, de manos de su hermano Pepe Luis y en presencia de Antonio Bienvenida, el 6 de octubre de 1950. El mismo cartel se repetiría al día siguiente en Madrid, donde confirmó alternativa.
Desde entonces su forma de torear, su concepción del toreo y, sobre todo, el toreo al natural citando de frente, una constante en su carrera, hicieron de él una de las grandes figuras. Asimismo, fue un torero muy castigado por los toros.
Se retiró en varias ocasiones de los ruedos, la última vez en 1968. A partir de esos momentos siguió ligado al toro, incluso llegando a apoderar al sevillano Rafael Torres.
Pero, sin duda alguna, una de las épocas más gloriosas de su carrera la viviría a partir de 1981 y hasta 1983. El 19 de abril de 1981 volvió a los ruedos para dar la alternativa a su sobrino Pepe Luis Vázquez, en presencia de Curro Romero. Y ese mismo año, en la tradicional corrida del Corpus en la Maestranza, escribiría una de las páginas más sublimes del toreo, en aquel cartel memorable junto a Curro Romero y Rafael de Paula.
Sería el 12 de octubre de 1983, en un mano a mano con Antoñete en el coso del Baratillo, cuando se despidió definitivamente del toreo abriendo la Puerta del Príncipe
SEVILLA PRESS