Pese al griterío de los más pequeños de la familia Iglesias, que en Ojén (Málaga) lo dominan todo, al fondo de la casa se dejan escuchar las canciones de «L´homme que suis (El hombre que soy)», el nuevo disco del cantante, que se ha convertido ya en número uno de ventas en Francia, y que está en el mercado español desde el martes. En esta ocasión, el álbum está interpretado en francés.
Hacía 22 años que Julio Iglesias no dedicaba un disco entero al país galo, algo que ha realizado ahora complacido ante el éxito alcanzado el verano pasado con los conciertos que ofreció allí. A Miranda le gusta el «medley» en el que se conjugan «Ne me quitte pas», «Et maintenant», «La vie en rose » y «Que c´est triste Venise», temas que han sido interpretados por iconos de la categoría de Jacques Brel, Charles Aznavour, Gilbert Bécaud o Edith Piaf, a los que el cantante español rinde homenaje con la sabia madurez de un «crooner» que pasea sus raíces españolas por el mundo y que ha logrado colocar en seis ocasiones sus discos en los primeros puestos de Estados Unidos. El álbum actual reúne nuevas versiones de éxitos de siempre, composiciones de Toni Renis, Albert Hammond, Lionel Florence, David Gategno o Didier Barelivien.
Las llegadas de Julio Iglesias a su casa suelen tener caracteres de evento, aunque su ausencia haya sido sólo de cuatro días: el jaleo ambiental se duplica. Él es el primero en celebrarlo. Los niños se le encaraman por todo el cuerpo. Tiene un aspecto increíblemente bueno y se muestra feliz con los resultados del disco. «Debía este disco al público francés, por su cariño, por la acogida que recibí el año pasado. A cualquier artista le gusta que se le reconozcan sus méritos, pero si además se le guarda el respeto y la admiración a alguien que ha dedicado toda su vida a entretenerle, el regalo no tiene parangón con nada, excepto la familia». Menciona lo de la familia, porque este hombre, que estuvo a punto de quedarse inválido en su juventud, es un experto en victorias físicas y laborales que valora la vida entre los suyos como nunca: «Ahora estaba en Los Ángeles y me sentía demasiado lejos, pero lo normal es que tras las actuaciones vuelva a mi casa de Ojén, donde me encuentro con lo que más quiero en el mundo».
Pese a todo, le falta tiempo para ese perfeccionismo suyo del que saben mucho los coproductores Ramón Arcusa, David Categno y Didieer Barbelivien, que han intervenido en la producción de este disco de Julio. Él no deja de maquinar nuevos retos: «No estaría mal hacer otros discos dedicados a las gentes de países cuya fidelidad ha llenado mi vida». Y menciona algunos detalles de lo que podría ser uno con sabor italiano: «No digas nada - indica serio- , que ahora hay que vender «L´homme que suis»».
Su nuevo álbum, cantado íntegramente en la lengua de Víctor Hugo y que es número 1 en las listas
del país galo, ya está disponible en España