El Betis empato a cero en Mallorca y jugara la Liga de Campeones a la vez que salvo al Mallorca del descenso a segunda.
El año 2005 será memorable para el fútbol sevillano por un único motivo: el Real Betis Balompié se convirtió en el primer conjunto de la ciudad en disputar la Liga de Campeones en su actual formato, hazaña que puede completar proclamándose campeón de España en la Copa del Rey que jugara el proximo 11 de junio en Madrid frente al Osasuna . Todo lo demás, es verborrea. En Mallorca, los de Serra no fueron capaces de vencer porque el rival se jugaba la vida y se dejó hasta la última gota de sudor para empatar, a falta de dos minutos, por medio de Pereyra. En el minuto siete de la segunda parte, Assunçao había adelantado a los verdiblancos de libre directo. Lo gloria, toda ella, es verde y blanca.
Desenlace
Mallorca y Betis cumplieron el objetivo con el que comenzaron la jornada y terminan la temporada sonriendo. El Mallorca seguirá una campaña más en Primera, algo que parecía imposible hace poco más de un mes. El Betis hace historia al clasificarse por primera vez para la ronda previa de la Liga de Campeones.
Nudo
Primer acto: Mallorca y Betis se jugaban toda la temporada en un partido y esa tensión fue un peso demasiado grande para los dos equipos, que se marcharon al descanso sin saber lo que era disparar con peligro entre los tres palos. Demasiados nervios, muchas imprecisiones y muy poco fútbol. Los dos conjuntos se movieron con excesivas precauciones y ello les llevó a vivir en el centro del campo, en la zona más tranquila y que menos riesgo ofrece. El Mallorca disfrutó de su mejor ocasión al comienzo, en una falta lanzada por Campano que salió desviada por poco de la portería defendida por Prats. El Betis terminó por imponer su mayor calidad, tomó el control del balón y el Mallorca se difuminó y acabó empleándose con más intensidad en defensa que en ataque, donde volvió a destacar el japonés Okubo. Él, el venezolano Arango y el capitán Campano son tres de los principales responsables de la reacción sufrida en las últimas jornadas por el Mallorca, que resucitó cuando muchos le consideraban un caso perdido.
Segundo acto: El Mallorca no encontró nunca su sitio en el campo, todo lo contrario que el Betis, dominador absoluto de la segunda parte. Sólo los sevillanos supieron qué hacer con el balón, todo lo contrario que los baleares, que bastante tenían con calmar sus nervios. Nervios que aumentaron cuando Marcos Assunçao marcó de falta directa. Ese gol dejó al Mallorca al borde del abismo hasta casi el final del choque. Farinós había mandado un potente lanzamiento al larguero, pero el que acertó fue el argentino Pereyra, que marcó de cabeza aprovechando un sensacional pase de Tuni, un futbolista que merecería más oportunidades. Con ese gol se acabó el partido y empezó la fiesta de los dos equipos.