
Título original: USA, 2011. Director: Chris Miller. Guión: Tom Wheeler; basado en un argumento de Brian Lynch, Will Davies y Tom Wheeler. Música: Henry Jackman. Intérpretes: (voces) Antonio Banderas, Salma Hayek, Zach Galifianakis, Billy Bob Thornton, Amy Sedaris, Guillermo del Toro, Constance Marie.
Desde su aparición en la segunda entrega de Shrek, quedó patente que el Gato con Botas era uno de los personajes que gozaba de mayor aceptación de toda la saga del ogro verde. Astuto, tierno, seductor, aventurero, el dibujo al que le pone voz Antonio Banderas es quizá el hallazgo más divertido de la serie. Era lógico que, tarde o temprano, acabara derivando en lo que se llama un spin-off, un proyecto que nace como extensión de otro; en cine se refiere a un personaje secundario que cobra protagonismo en una película propia.
Y normalmente, un spin-off cobra vida completamente al margen de cintas anteriores, es decir, que ningún personaje de Shrek aparece en este filme enteramente dedicado a contarnos las andanzas, e incluso el origen, del Gato con Botas. Y ya que nos cuentan cómo un lindo gatito se convirtió en héroe, los productores podrían haber optado por la historia original de Perrault: un gato que le consigue riqueza y fortuna al hijo de un molinero, haciéndole pasar por Marqués de Carabás y enfrentándose a un ogro que, por presumir, se transforma en ratón y acaba en las fauces del felino. Pero nada de eso hay aquí. Es norma de la DreamWorks tomarse las mayores libertades en lo que al cuento clásico se refiere. Esta vez han mezclado varios relatos y personajes que pertenecen a distintos cuentos para fabricar la aventura del protagonista. Así, el gran amigo del gato es ahora Humpty Dumpty, un huevo que nació en una rima infantil y que luego se convirtió en personaje de Alicia tras el espejo, la obra de Lewis Carroll que fue una continuación de Alicia en el País de las Maravillas. Ambos tienen la misión de encontrar las judías del cuento Juan y las habichuelas mágicas, para llegar hasta el palacio que descansa sobre una nube y robar una oca que pone huevos de oro. También le han puesto al lado una heroína, una gata espadachina que es interpretada (vocalmente) por Salma Hayek.
Con este gazpacho (nunca mejor dicho con el acento andaluz de Banderas), el producto resultante es impecable desde el punto de vista de la animación infográfica, con secuencias muy espectaculares, y el guión posee los suficientes elementos para no aburrir y provocar la carcajada en más de una ocasión.
En cuanto al personaje protagonista, no faltan sus rasgos más característicos y conocidos, incluida su mirada dulce y engañosa, a lo que han sumado otros gestos nuevos, como la forma en la que lame su taza de leche; por lo demás, conserva y acentúa todo aquello que le dio la fama: sus conquistas de gato mujeriego, los lances descabellados, la presuntuosidad de su aire aventurero, o la frase chistosa en el momento oportuno.
La cinta es divertida e ingeniosa, aunque está por debajo de la riqueza y abundancia de comicidad y detalles que posee Shrek; aún así, se deja ver y proporciona una hora y media de puro entretenimiento, lo que ya es decir mucho.

