Soraya Sánchez boxeadora española, campeona de Europa y aspirante del título mundial.
Sin duda, el boxeo femenino es un deporte en alza. De hecho, en 2012, en Londres, se estrenará como deporte olímpico. Para comprobarlo, sólo hay que acudir al madrileño gimnasio Barceló, toda una leyenda para los aficionados. Los novatos se agolpan para seguir las indicaciones del preparador y las mujeres, que suman varias decenas, cuentan con dos rings, en los que se respira un ambiente de trabajo, sudor y sufrimiento. Este es el verdadero hogar de Soraya Sánchez, una madrileña de 32 años, campeona de Europa (EBU) de boxeo, y firme aspirante a ser campeona del mundo. La revista Mujer Hoy la ha entrevistado.
Paradójicamente, fue su primera derrota y la poca confianza que depositaron en ella sus allegados, lo que la animó a perseverar en este durísimo deporte.
Desde entonces, sólo ha perdido en otras dos ocasiones. Para ello, no ha dudado en engordar o adelgazar según lo requirieran las circunstancias. . Yo en España he pelado con todas, explica. De los 59 kilos, bajé a los 57, luego a los 55, volví a subir a 59 He peleado en un montón de pesos diferentes para poder combatir, porque cuando yo empecé había pocas chicas, y cuando hay pocas te tienes que hacer a la idea de que, aunque tu peso natural son los 55 kilos, si te sale una pelea de 59 pues te toca coger peso, porque si no peleas no coges experiencia y sin experiencia no logras nada.
La cosa se puso seria el 27 de octubre de 2007, con el salto a la profesionalidad. Entonces fue el momento de sacrificar horarios, hidratos de carbono, vacaciones y amistades, y de comprobar que esto duele, y mucho. De hecho, el lema parece ser: si no duele, no vale. Ni juntando todos mis combates amateur (más de 30) he sufrido la mitad de lo que he sufrido en uno solo como profesional, afirma.
La campeona no se entrena con chicas, sino con hombres. Son 10 asaltos de dos minutos con chicos, como para no sufrirlos, explica. Pero, por si nos quedan dudas de que las mujeres también saben lo que se hacen cuando se suben a un ring, agrega: Al día siguiente de una pelea a seis asaltos con Isabelle Leonardi (una boxeadora profesional francesa), me levanté como si me hubiera pasado un camión por encima. Del dolor, no podía hablar.
Entonces, ¿podría ganar la campeona de Europa a un hombre en un combate? La respuesta nos deja de piedra: No afirma contundente. En mi peso, él siempre va a tener ventaja. No hay ninguna mujer más fuerte que un hombre en su peso. Somos el sexo débil.
Para Soraya, la soledad del boxeador en el ring es lo que hace grande a este deporte. Y aunque la posibilidad de una lesión está siempre ahí, ni las chicas pensamos en eso, afirma rotunda. Me da miedo lesionarme en una pelea y que me la paren, pero una nariz rota o un hombro dislocado, ningún boxeador piensa en eso.